La banca española iniciaba el pasado 11 de su propia desescalada, gradual y distinta en cada una de las entidades que operan en el territorio español. Antes de hacerlo, los clientes de las entidades bancarias de la Región guardaban civilizadamente la fila en la puerta de las mismas. Los cajeros han seguido operativos durante todo el confinamiento, así como los trabajadores han acudido a sus puestos de trabajo.

Con la entrada de la comunidad murciana en la fase 1 (aunque en estos momentos ya se encuentra en la 2), más sucursales bancarias levantaban sus persianas para recibir a sus clientes, aunque lo hacían avisando de que para ser atendido es aconsejable la petición de cita previa.

Obviamente, el sector hace un llamamiento a la importancia que tiene seguir al pie de la letra las recomendaciones sanitarias, así como mantener la distancia de seguridad en el interior de las oficinas y solo acudir a las mismas en caso de urgencia. De ahí que se sigan viendo filas de clientes en espacios como la Gran Vía de Murcia. Personas que, de forman ordenada, aguardan el momento de entrar en la oficina.

Por lo general, en cada oficina hay en estos momentos un número de trabajadores menor de lo habitual, de forma que no toda la plantilla se vea obligada a acudir a sus puestos de trabajo de forma presenciales, sino que puedan turnarse. En los servicios centrales, el teletrabajo será la preferencia por el momento.

La banca sigue recomendando que la clientela opere en la medida de lo posible a través de los canales digitales. Desde el inicio del confinamiento por la pandemia de coronavirus, los diferentes bancos instaron a sus clientes a usar las plataformas digitales que ponían a su disposición para realizar sus consultas y operaciones básicas y así lo siguen haciendo durante la primera fase de la desescalada.

Una rápida adaptación

Cuando los murcianos se hallaban confinados, y necesitaban hacer un trámite con el banco sí o sí, tenían la opción de salir a la calle (estaba permitido) o de operar delante de un ordenador o incluso con el móvil. Así las cosas, la rápida adaptación de los clientes a los canales digitales durante el confinamiento ha sorprendido gratamente a la banca. Y es que operar a través de Internet supone, por ejemplo, un ahorro de tiempo para la persona, al no tener que salir de casa.

Asimismo, los murcianos demostraron su responsabilidad para con sus conciudadanos, al acudir a las sucursales solo en caso de urgencia.

Otra ventaja está en el ahorro de dinero en comisiones, puesto que la banca suele no cobrar gastos de mantenimiento a aquellos clientes que efectúan la operación a distancia.

¿El fin del efectivo?

El 70% de los españoles asegura estar dispuesto a dejar de usar el dinero en efectivo y el mismo porcentaje confirma realizar ahora más gestiones a través de la banca digital, de forma que se confirma la aceleración de la transformación tecnológica tras la crisis del Covid-19.

Así se desprende del estudio De la libreta al móvil: evolución del ecosistema bancario, impulsado por N26, que pone de manifiesto que el impacto de los cambios ha sido mayor en el comportamiento de los clientes de banca tradicional, ya que ahora el 44% dice haberse planteado cambiar a una entidad más digital después de la crisis sanitaria ocasionada por la pandemia.

Al preguntarles por su banco ideal, casi ocho de cada diez clientes de banca tradicional imaginan uno sin comisiones, y alrededor de un 60% quieren que se permita la retirada de efectivo gratis en cualquier parte del mundo y transferencias gratuitas.

La mayoría de clientes demanda más servicios a sus bancos. Entre el 40% y el 60% de los encuestados estaría interesado en que se les ofreciera seguros de viaje, de robo o rotura de móvil, así como ofertas en hoteles a través de plataformas de reserva online, ofertas de ocio y turismo.