Los alcaldes de los 45 municipios de la Región han estado al pie del cañón durante todo el confinamiento y lo están ahora en la desescalada. Semanalmente han tenido reuniones, por videoconferencia, con el presidente de la Comunidad, para transmitir sus inquietudes conforme iban avanzando los días. Una de las preocupaciones principales estaba en qué hacer con las playas: si abrilas y en qué circunstancias.

Una de las primeras medidas que se adoptaron como consecuencia de la alerta sanitaria, incluso con anterioridad a la declaración del estado de alarma, fue el cierre de las instalaciones municipales de servicios, como centros deportivos, espacios culturales y bibliotecas. En su vuelta, corresponde a la entidad local fijar las limitaciones de aforo, los horarios y las medidas higiénicas a tener en cuenta en estos espacios.

Asimismo, algunos Consistorios murcianos ya han manifestado su preocupación por los mercadillos populares, incluso han medido espacios para buscar una ubicación más idónea, con el fin de que quepan más puestos.

Además, en las oficinas de servicios administrativos dejó de prestarse una atención presencial. En el marco del proceso de desescalada, las entidades locales son las encargadas planificar la reapertura de las oficinas municipales, en particular, aquellas que realizan tareas de atención al público (condiciones de acceso del público, horarios, establecimiento de turnos, medidas de protección, etcétera).

Muchas entidades locales tendrían en marcha, en ejecución de sus ofertas de empleo público, procesos selectivos no ya de libre concurrencia, sino de concurrencia masiva, por lo que ahora han de decidir cómo impactan en su ejecución los nuevos marcos relacionales en la era 'post-covid' respecto a las obligaciones de distanciamiento social.