Por estas fechas y en años anteriores los ayuntamientos de la Región comenzaban a anunciar su oferta de escuelas de verano para los más pequeños del municipio. Los programas de conciliación en los colegios u otros centros municipales han sido la tabla de salvación para muchos padres en julio y agosto. La crisis de la Covid-19 lo cambia todo ahora.

Pocos ayuntamientos se atreven a aventurar qué va a pasar con las escuelas de verano que organizan concejalías como Educación, Deporte o Igualdad, ya que están a la espera de que les remitan un protocolo que permita garantizar la seguridad de los menores. Pero algunos consistorios ya han adelantado que no van a tener escuelas este verano como medida de prevención sanitaria.

Es el caso de Molina de Segura o Torre Pacheco, municipio este último que el pasado miércoles anunciaba la cancelación de su escuela de verano de julio ante la actual situación de pandemia: «No se dan las circunstancias que hagan posible mantener el calendario de esta actividad tal como había sido diseñado», señalan fuentes municipales. En el caso de Molina, hasta ahora el Ayuntamiento había programado tres escuelas de verano, una dentro del programa 'Concilia verano' para los meses de julio y agosto (el más demandado) y otros dos de 'Multideporte' y 'Multideporte adaptado'. «No se van a convocar ninguno de los tres programas de verano porque no se puede garantizar la distancia entre los niños», señalan desde el Consistorio.

Las piscinas, las pistas deportivas o los vestuarios, las zonas de más contacto, son las instalaciones que preocupan a los ayuntamientos a la hora de decidir si seguir adelante o no con sus escuelas. Desde la Consejería de Salud señalan que los protocolos y el plan de contingencia deben ser elaborados por quienes desarrollan la actividad conforme a los criterios de prevención y protección establecidos por el Ministerio de Sanidad y adaptados a la realidad de cada escuela. «Las autoridades sanitarias revisarán que el protocolo a aplicar cumple los requisitos y medidas que garanticen el mayor grado de protección frente al riesgo de Covid-19».

En el caso de Murcia, estos programas de verano son puntos de encuentro entre alumnos, de carácter lúdico y social. «Debido a este carácter y funcionalidad, su organización no concuerda con las instrucciones que tenemos ahora mismo desde el Ministerio de Sanidad en cuanto a las medidas de distanciamiento social y demás acciones de protección». El Consistorio se encuentra a la espera, como otros muchos municipios, «de nuevos protocolos que nos permitan garantizar la seguridad de su celebración». El año pasado se realizaron 126 escuelas de verano en 71 centros educativos que acogieron a 7.560 escolares durante el mes de julio en el municipio.

Cartagena por su parte estudia si suspender sus programas para este verano y con Lorca ocurre lo mismo: «Mientras no se puedan garantizar, están en estudio». En el municipio lorquino la demanda de escuelas de verano la cubría la oferta privada y el Ayuntamiento solo organizaba un programa de conciliación por parte de la Concejalía de Igualdad cuya financiación, que era a cuatro años, acabó el pasado 2019.

En Cieza estudian si poder plantear alguna alternativa a las escuelas de verano si la demanda es suficientemente alta pero hasta que no les envíen un protocolo no tomarán una decisión. Con Mula ocurre lo mismo mientras que en Yecla los técnicos municipales trabajan con la idea de ofertar varias plazas en las escuelas de verano públicas, adaptando esa oferta a las medidas de seguridad que exijan desde el gobierno, como tamaño de los grupos o aforo de las instalaciones. Hasta la fase 3 no se tomará una decisión final.

En Bullas se reducen

El Ayuntamiento de Bullas tendrá escuelas de verano más reducidas que ediciones anteriores para salvaguardar la seguridad de niños y monitores, por lo que se establecería prioridad para padres trabajadores con el fin de poder contribuir a la conciliación laboral. En Campos del Río también barajan esta opción para garantizar la conciliación.