El presidente del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (Scrats), Lucas Jiménez, da por hecho que el estudio propuesto por el Ministerio para la Transición Ecológica se traducirá en un recorte de los volúmenes trasvasables del Tajo que prevén las actuales reglas de explotación y advierte de que «estamos jugando con un sector que ha sido muy importante durante la pandemia y que emplea a mucha gente».

Recuerda la importancia que ha tenido la agricultura durante la crisis sanitaria y se pregunta qué ocurriría «si se cayera el turismo y la industria agroalimentaria».

El presidente del Scrats desconfía sobre todo de la satisfacción que han mostrado los representantes de Castilla-La Mancha ante el estudio que la Comisión Central de Explotación decidió encargar ayer al CEDEX y se plantea que existe «una hoja de ruta perfectamente fijada. Está claro quiénes están contentos con el estudios».

Se lamenta de que los representantes de los municipios castellano-manchegos ribereños del Tajo, que «ni siquiera son usuarios de los caudales del Trasvase», dispongan de información sobre posibles cambios en la normativa legal que los regantes desconocen. Considera que los usuarios de Levante son los únicos de todas las cuencas españolas que se ven sometidos a «un revisionismo constante» de la normativa a causa de «la algarabía política». Apunta que si estos cambios se suman al aumento de los caudales ecológicos que va a introducir el Plan Hidrológico del Tajo, «quizás se carguen el Trasvase».