Otro negocio que puede abrir con la entrada en vigor de la fase 2 de la desescalada es el de las autoescuelas. «De momento llevo una matrícula nueva», contaba Manuel Sánchez tras la mampara de la recepción de la autoescuela La Flota. Las normas de seguridad están claras: gel hidroalcohólico en la entrada, uso de mascarilla -Manuel se ha provisto de varias cajas, porque «ya se sabe cómo de despistados son los jóvenes»-, y distancia de seguridad en el aula. «Aunque ya la teníamos -contaba-, porque en clase no hay más de dos o tres alumnos en mesas alargadas, pero hemos decidido instalar mamparas entre ordenadores para que nadie se sienta en peligro en ningún momento».

(Más) seguridad al volante

Antes de que cada alumno se suba al coche para las clases prácticas, Manuel le pondrá unos guantes. Cuando acabe la sesión, él mismo se los quitará y los tirará a una papelera que guarda en el maletero y que vaciará «a cada final de turno». Además, entre clase y clase, Manuel desinfectará el volante y los asientos del vehículo.

«Más adelante, cuando empiecen los exámenes -explicaba-, tendremos que instalar una mampara para separar la parte delantera del coche de la trasera. De momento no tiene sentido, porque en el coche vamos el alumno y yo». Según el dueño de la autoescuela La Flota, «la gran época de este negocio» corresponde a los meses de junio, julio y agosto, por lo que la crisis del coronavirus va a afectar menos que a otros. «Nos pilla justo de refilón», concluía.