Una amalgama cromática cubre la orilla de la playa de Los Urrutias. Ninguno de estos colores debería estar ahí en condiciones normales, pero para los vecinos de esta localidad marmenorense de Cartagena lo ‘normal’ lleva tiempo sin aparecer por el pueblo.

El olor es insufrible. El ácido sulfhídrico que emana de la descomposición de las algas atrancadas en la orilla deja en el paseo de Los Urrutias un olor a ‘huevo podrido’. Este gas sulfhídrico se origina por la descomposición anaerobia (ausencia de oxígeno) de la materia orgánica. A los propios vecinos ya les han explicado técnicos y científicos que en el medio natural, en espacios abiertos, la emanación de este gas no es perjudicial, pero deja un aire prácticamente irrespirable.

Estos últimos días está llegando la peor parte. Con el fuerte calor, propio de mitad de julio, la superficie del mar aumenta su temperatura y favorece esta descomposición de la materia orgánica. La temperatura del agua ya alcanza una media de 23 grados y sigue en ascenso, según los últimos datos registrados en la web Canal Mar Menor. A este problema se le suma la ya conocida proliferación de ova verde, algas filamentosas originadas por el proceso de eutrofización que sufre el Mar Menor. La entrada masiva de nutrientes de origen agrario, principalmente nitratos, pero también fosfatos y amonio, ha provocado un estado eutrófico.

A diez kilómetros de Los Urrutias, el estado del agua cambia por completo y la laguna adopta un paisaje menos agresivo. En la playa de Islas Menores, tras el trabajo de retirada de la biomasa y el tratamiento de la arena, el escenario es diferente.

La cara y la cruz del Mar Menor se mide estos días por playas que presentan o no un buen estado de sus aguas y de la arena a la espera de que comience la campaña de verano con la llegada a la ‘Nueva Normalidad’ planteada por el Gobierno central como fin del proceso de desescalada por la pandemia del coronavirus. Esta misma semana, el presidente de la Comunidad, Fernando López Miras, pedía no emitir juicios negativos que ensuciasen la imagen del Mar Menor. Se lo pedía a los medios de comunicación, para que no empleasen titulares informativos negativos y así evitar las apreciaciones «que hagan más difícil ganarse la vida» a quienes dependen de la laguna.

El desconfinamiento ha traído numerosas fotos y vídeos, así como quejas y denuncias del estado del Mar Menor en algunos puntos de la laguna, y su difusión se ha producido a través de los medios de comunicación y sobre todo en las redes sociales. La Comunidad es consciente de ello pero sostiene que la gran mayoría de las playas del Mar Menor presentan un «aspecto bastante bueno». La suciedad se centra en las zonas de ramblas y en donde los vientos, en su mayoría de Levante, acumulan las algas, remarcan fuentes del Gobierno regional. Al Gobierno le consta que muchas playas de San Javier, San Pedro o en La Manga están en buen estado y no sufren las consecuencias de la eutrofización.

Juan José López, presidente de la patronal de empresarios de hostelería y alojamientos turísticos de Cartagena y su comarca (Hostecar), recoge el guante de las declaraciones de López Miras. López señala que se ha mostrado crítico siempre con asociaciones de vecinos y ecologistas que «se acuerdan de denunciar el estado del Mar Menor cuando comienza la temporada de verano».

El presidente de los hosteleros de Cartagena subraya que el sector cree «que es necesario que se conozca el estado de la laguna, pero se tiene que trabajar en unas pautas reivindicativas que deberían comenzar en octubre o noviembre. Pero no comenzar una campaña negativa sobre el Mar Menor siempre cerca de las temporadas». Y es tajante con el turismo que puede acaparar esta zona de cara al verano: «Con las imágenes y denuncias de estos días, el que tenga alguna duda sobre si venir de turismo al Mar Menor, se la despejamos rápidamente».

López explica que con esta situación no se va en el camino correcto para la recuperación de la laguna y de la economía de su entorno. «La actividad hotelera en las poblaciones sureñas de la laguna es casi nula, nadie pide ya nuevas licencias para negocios dentro del sector y la actividad de los chiringuitos ha caído», detalla, pendiente de sumar a estos problemas los efectos que pueden tener sobre el turismo la pandemia del Covid-19.

De vuelta a Los Urrutias, Elena Lledó, presidenta de la asociación de vecinos, es aún más clara: «Este año lo damos por perdido». La situación de las playas en esta localidad es insostenible: «Aquí vivimos del comercio y del turismo y ya no tenemos nada». El informe del 11 de mayo sobre la calidad del agua en las playas del Mar Menor que llevó a cabo la dirección general de Salud Pública reflejaba que esta era «insuficiente» en Los Urrutias debido a que los parámetros de enterococos intestinales habían subido hasta los 269 ucf (unidades formadoras de colonias)/100 ml. Esto hizo sospechar a los vecinos de un posible vertido de aguas fecales en la zona, algo que descarta la Consejería de Medio Ambiente, señalando además que las últimas lluvias y la limpieza y retirada de materia «habían removido la zona y es posible que se haya elevado la medición». Un análisis realizado esta misma semana refleja, según este departamento, «que los datos preliminares de muestras tomadas indicarían que los valores en esas bacterias muestran normalidad».

Lledó señala que los vecinos no se sienten desamparados por las administraciones: «Tanto el Ayuntamiento de Cartagena como el Gobierno regional nos escuchan, pero pedimos con urgencia que intervengan y se pongan de acuerdo con Demarcación de Costas para arreglar esta desgracia». La asociación ya ha presentado una denuncia ante la Fiscalía.

En Los Nietos, igual que en Punta Brava o Estrella de Mar, la situación es idéntica. En la playa de la localidad, así como la del Arenal, la ova verde y el mar olor acompañan a los vecinos. «Nuestro problema ha comenzado desde hace diez días, cuando ha empezado a acumularse materia orgánica en estas zonas», señala la presidenta de la asociación de vecinos de Los Nietos, Nani Vergara. La asociación ha pedido a la dirección general del Mar Menor la retirada de esta materia orgánica y del cañizal en la zona del club náutico.

El Ayuntamiento de Cartagena señala que «los problemas de acumulación de algas son cada vez más generales en todo el Mar Menor, pero son especialmente graves en las playas cartageneras del sur del Mar Menor, donde hay afloramientos de arena cerca de la orilla que impiden el movimiento natural del agua y provocan la acumulación de algas».

Guerra de competencias

La Demarcación de Costas del Estado señala por su parte que ya tiene el trabajo hecho en Los Urrutias y en otras localidades: «La retirada de fangos y secos ya se llevó a cabo. Todas las actuaciones dependientes de Costas se hicieron en tiempo y forma». Sin embargo, los vecinos persisten en que siguen habiendo fangos y la Comunidad insta a Costas a retirarlos porque «están provocando estancamiento de agua en la orilla», lo que provoca que se acumule biomasa en las playas.

Desde la Consejería señalan que esta semana ha habido una brigada de cuatro operarios en Los Urrutias, y desde el lunes otra brigada de cuatro operarios en La Ribera. «A partir de la semana que viene se aumenta hasta 12 el número de efectivos de limpieza y actuarán especialmente en Los Urrutias».

Medio Ambiente insiste en que la competencia de mantener limpia la playa es de los Ayuntamientos y de la limpieza de la biomasa es de la Demarcación de Costas del Estado, mientras que el organismo dependiente del Gobierno central señaló en abril que estas tareas de limpieza corresponden al Ayuntamiento de Cartagena.

El Consistorio remarca que trabaja con la Comunidad «porque son las brigadas regionales las autorizadas para extraer biomasa de la orilla. El Ayuntamiento no tiene esas atribuciones, solo puede trabajar sobre la ‘parte seca’, pero colabora en equipos mixtos, retirando la biomasa extraída por las brigadas regionales».

Los vecinos de la cubeta sur del Mar Menor señalan que el confinamiento, por sorprendente que parezca, le ha sentado peor a la laguna, con una mayor presencia ahora de biomasa y algas en descomposición.

San Pedro del Pinatar retira 87.000 kilos de ova verde desde marzo

La presencia de ova verde viene siendo persistente en las playas de Villananitos y La Mota desde principios de año, aunque varía dependiendo de las semanas y las condiciones meteorológicas. El Ayuntamiento de San Pedro del Pinatar señala que desde principios de marzo hay ocho operarios que se dedican en exclusiva a la retirada de biomasa en esta zona, a través de un contrato de colaboración social, y que han retirado en este periodo 87.000 kilos de ova.

La concejala de Turismo, Silvia Egea, señala que la Demarcación de Costas no ha participado en estos trabajos: «Desde el Ayuntamiento lo que solicitamos a esta administración es la necesaria retirada de fangos de las playas». En la zona de La Puntica, el Consistorio señala que no se ha detectado ova. La edil subraya «ser consciente de que será una temporada dura, pero vamos a seguir trabajando para que todas las playas estén en estado óptimo este verano», concluye Egea.

San Javier y Los Alcázares, con los mismos problemas

En Los Alcázares la presencia de materia orgánica u ova verde en sus playas no es alarmante, pero desde el Ayuntamiento sí señalan que las playas más afectadas son las de la Concha, Manzanares y Las Salinas y que esa presencia depende de los temporales que haya en esta zona del Mar Menor. «Los trabajos de mantenimiento y limpieza de playas impiden que esto llegue a suponer un problema». En la acumulación de algas en este municipio es donde, señalan, es más serio el problema, sobre todo en la zona de Los Narejos.

En San Javier, la presencia de biomasa se hace patente todavía en playas como la de Barnuevo, donde también los vecinos denuncian el olor producido por el gas sulfhídrico. Las algas también se acumulan en las playas del Pescador, la de Colón o la de Los Arcos, pero en menor cantidad, según los residentes de Santiago de la Ribera.