Lo que hasta ayer era una opción, a partir de hoy en una obligación. Todas las personas mayores de seis años deben llevar mascarillas en cualquier espacio cerrado de uso público y en la calle siempre que no sea posible mantener una distancia de seguridad de al menos dos metros.

Sin embargo, la entrada en vigor de esta normativa no vino ayer acompañada de grandes aglomeraciones en las farmacias, que de hecho apenas notaron un aumento en la demanda de estos elementos de protección.

Lourdes Hernández, de la farmacia M. Hernández Mijares, señalaba que el día transcurría con normalidad y «no hemos notado mayor afluencia de clientes buscando mascarillas».

En la farmacia de Adela Álvarez Gómez sí que habían percibido «algo más de publico , pero en ningún momento aglomeraciones».

El abastecimiento de mascarillas está asegurado por lo menos para los adultos, porque las de tipo infantil son más complicadas de encontrar. Desde la Farmacia Ana y Javier Sánchez señalan que «ahora mismo no hay y estamos aconsejando a nuestros clientes cómo adaptar las de adulto al contorno de la cara de los niños».

Desde el Colegio Oficial de Farmacéuticos de la Región de Murcia, la vocal de oficinas de farmacia, Juana Morales Arnau , señala sobre la falta de mascarillas infantiles que «las hemos intentado adquirir pero hoy ha sido imposible.

Las empresas que las suministran esperan poder servirlas antes del viernes»

Desde el Colegio de Farmacéuticos se recuerda que el uso de las mascarillas es recomendable entre la población infantil de 3 a 5 años. En cuanto a los adultos, creen que su uso se ha normalizado y que no va a haber problemas para adquirirlas.

En cuanto a la ciudadanía, ayer se veían por las calles más personas llevando mascarillas. Una de las que la llevaban, Pilar López, explicaba que «yo la llevo desde que empezó la pandemia. Creo que es lo que hay que hacer para evitar contagios».

Por su parte, Alejandro Díaz, no la lleva y no está muy de acuerdo con hacerlo. «Las autoridades han cambiado de opinión sobre las mascarillas muchas veces. Si no tengo más remedio, la llevaré», afirma.

Desde la Federación de Asociaciones de Vecinos de Cartagena, su presidente Leandro Sánchez, anima a los ciudadanos a cumplir con la normativa. En su opinión, «hay que respetar las normas de la autoridades sanitarias. Si no se puede mantener la distancia de seguridad, hay que llevar la mascarilla».

En cuanto a los niños, desde la Federación se cree que están completamente concienciados y que durante el confinamiento ya han dado muestras de lo bien que lo pueden hacer porque su comportamiento ha sido ejemplar.

Por otra parte, el Gobierno de Murcia pidió ayer al ministro de Sanidad, Salvador Illa, mascarillas gratuitas para las personas sin recursos de la Región, pues «a quienes hoy no tienen para comer no podemos exigirles que las compren en las farmacias», según la vicepresidenta, Isabel Franco.

Las personas acogidas o bajo tutela de la Consejería y los usuarios de las residencias de mayores y de personas con discapacidad serán provistos de ellas.

No obstante, dijo Franco «el material es limitado y no podemos olvidarnos de quienes en muchos casos no tienen un domicilio fijo, pues es una cuestión de solidaridad, pero también de responsabilidad política».

Desde la Comunidad ya se han impulsado otras acciones para proporcionar mascarillas a la población. Una de ellas sería cuando, a través de las farmacias, se hizo llegar a los mayores de 65 años este material de protección. Algunos municipios como Los Alcázares ha hecho llegar 'mascarillas solidarias' a la población e incluso ha hecho acopio de las mismas por si fueran necesarias en un futuro.

Con todo, la actitud de la población ante las mascarillas ha ido cambiando al tiempo que lo hacían las consideraciones del Gobierno central respecto a ellas.

En unas semanas se ha pasado de no verlas necesarias a ser totalmente obligatorias. Aún así, han sido muchas las personas que se han volcado desde el principio en la confección de mascarillas para hacérselas llegar a los sanitarios y a los que las necesitan.

En muchos casos el material para poder fabricarlas ha sido proporcionado por empresas y han sido ciudadanos anónimos los que se han encargado de hacerlas para luego repartirlas.

Se espera que no haya problemas de desabastecimiento porque estamos en una situación totalmente distinta al principio de la crisis sanitaria y ya hay empresas que las fabrican en España.