La moda ya ha añadido a su escaparate un nuevo 'complemento' que desde este jueves será obligatorio utilizar en todos los espacios públicos donde no se pueda guardar la distancia mínima de seguridad. Las mascarillas comienzan a verse en la boca de los maniquíes de muchos comercios como reclamo para la venta de un producto que comienza a dibujar nuevos diseños, con distintos materiales, formas o colores y estampados, pero que no podrán sustituir a las higiénicas o quirúrgicas que los sanitarios recomiendan emplear.

Las estanterías del taller de la firma de moda murciana 'Gloriaca' están llenas de centenares de mascarillas de tela vaquera que las hermanas Gloria y Susana Olmos llevan confeccionando desde hace semanas. Están a la venta de forma online, en packs de dos, y suponen un cambio drástico en la línea de productos que las diseñadoras están acostumbradas a ofrecer a sus clientes. De los archiconocidos bolsos de Gloriaca, las hermanas Olmos se pasan al diseño y confección de mascarillas ante una fuerte demanda de clientes fieles que les reclamaban un material de protección que les produjera «sensaciones positivas» y de bienestar a la hora de salir a la calle.

«La percepción ha comenzado a cambiar y seguirá cambiando. El rechazo psicológico a emplear mascarillas quirúrgicas o higiénicas es algo que ya se está dando y nos piden un material de protección con diseño propio para que los clientes se vean guapos». Ambas diseñadoras subrayan, como así hacen otros comerciantes consultados por este periódico, que las mascarillas comienzan a adquirir un significado de 'enfermedad', 'hospital', 'confinamiento'... Por ello, la demanda de máscaras con diseños particulares, estampados, distintos colores o formas se ha incrementado en las últimas semanas.

Natalio Morcillo, dueño de la tienda Tokio de Murcia, lleva días vendiendo mascarillas de diseño traídas de Valencia, de tela, reutilizables: «Son unas mascarillas que a la gente le va a facilitar que se la puedan poner y lavar y volver a poner». La facilidad de uso es un componente de atracción para emplear este material de protección, aseguran los comerciantes. «Es un negocio que está en alza, si la gente tiene que llevarlas hasta la primavera del año que viene, va a preferir llevar una mascarilla personalizada a su gusto».

En la tienda de Manuel de la Vega, en Murcia, esperan que en dos semanas lleguen las nuevas mascarillas de diseño que, como otros muchos negocios, quieren empezar a vender.

Más diseños para los pequeños

En farmacias y tiendas de venta de mascarillas señalan que el negocio crece más entre los padres que optan por mascarillas de tela con distintos diseños más infantiles para sus hijos. La clave está en la mayor facilidad que puedan tener los progenitores para colocarlas en las caras de sus hijos. «Al tener dibujos, estampados, emoticonos y juego de colores, les llama más la atención y les gusta llevarlas», señala la madre de Lola, una niña de cinco años que explica que desde el primer día que pudo salir a la calle llevó mascarilla, una con dibujos que «compramos en una farmacia».

Un pastel, una mascarilla gratis

Negocios como el de Francisco José Pardo, propietario de la confitería La Peladilla, también promocionan con los materiales de protección. Ofrecen en su local una mascarilla, una pantalla protectora o un bote de gel hidroalcohólico gratis con la compra de uno de sus famosos pasteles de cierva. «Cuando más escasez hubo de estos materiales, decidimos regalarlos con los pasteles y la promoción ha ido muy bien hasta ahora».