Una de las postales más típicas de Cartagena, la de los pescadores deportivos, con sus cañas, junto a los faros de Navidad y de La Curra pudo verse ayer de nuevo ayer después de dos meses. La novedad es que en las cajas donde guardan sus anzuelos, plomos y boyas ahora también hay hueco para las mascarillas. Francisco Martínez explicaba que «tenía muchas ganas de volver aunque el coronavirus no es para tomárselo a broma». Cerca de él y guardando la distancia de seguridad, el matrimonio compuesto por María Luisa Villar y Aniceto Martínez decía que «lo echábamos muchos de menos, pero la salud es lo primero».