María Díez explicaba que hay que buscar alternativas. «Seguramente la venta online nos ayude a ir cuadrando números poco a poco», contaba la dueña de la tienda de moda infantil Pizachi. Una semana después de levantar la persiana, María busca fórmulas para remontar el parón ocasionado por el coronavirus: «A mí me afecta mucho, porque vendemos sobre todo para bautizos y comuniones, que de momento no se van a hacer...así que a las clientas les estoy ofreciendo vales para el traje que ellas elijan la temporada que viene», afirmaba.

Conchi Esteban, de la sombrerería Belmar, calle Jabonerías, también registra picos de venta en primavera. «De momento no estamos teniendo demasiadas devoluciones, que es una buena noticia -apuntaba-, y quizá aquí nos estamos salvando porque esta tienda tiene solera y una clientela de años».

En condiciones normales, ayer hubiera sido la jornada inaugural de las rebajas, pero las cosas han cambiado: «Si abrimos con rebajas, nos vamos a la ruina -contaba Natalio Morcillo, de Tokio-, acabamos de recibir todo el género de temporada, no podemos bajar los precios ahora mismo». En la zapatería Fábrica, Paco Muñoz explicaba que «fácilmente» están facturando «entre un 70 y un 80% menos»: «La gente sale a pasear o a comprar algo que necesita urgentemente, no se anima a entrar a una tienda como antes». Paco se declaraba «poco amigo» de las rebajas: «Si no se regulan más, incluso las prohibiría, porque creo que acaban fundiendo al pequeño comercio y favoreciendo al grande». La frase se repite casi como un mantra tras los escaparates que bordean las calles de Murcia: hay que aprovechar hasta que abran las grandes superficies, presumiblemente en la fase 2 de la desescalada, el próximo lunes.

Fuera de los centros comerciales, las tiendas como El Corte Inglés, con más de 400 metros cuadrados, ya pueden abrir. Mientras, otras cierran. Es el caso de Fátima Martínez, que anuncia la liquidación de su tienda de ropa, calle Sociedad, tras 26 años. «Esto ha sido la gota que ha colmado el vaso -contaba-, ahora estoy vendiendo porque llamo a las clientas y ofrezco ropa a precios irrechazables, pero la realidad es que no hay clientes ahora mismo para hacer frente a tantos gastos. No existen», insistía.

En Cartagena, el primer día en que los comercios más grandes podían reabrir se vivía con normalidad porque algunos han estado funcionando desde la semana pasada con cita previa o vendiendo sus productos de forma on line.

No era el caso de Chen Chen, que desde su tienda de decoración y de productos para el hogar 'Stuff' en la calle San Juan, se mostraba muy contento de poder levantar la persiana después de dos meses y más porque , poco a poco los clientes volvían a entrar por la puerta. Según decía «el poder abrir ha supuesto mucho trabajo, pero menos mal que ha llegado el momento».

Por otra parte David Ros, portavoz del concesionario 'Peugeot 'de Cartagena, explicaba que estaban trabajando desde la semana pasada con cita previa y que ayer era el primer día que abrían con normalidad.

En cuanto a las ventas, alguno de los vehículos que exhibían ya contaban con un nuevo dueño, aunque otros, cuya venta estaba apalabrada antes del estado de alarma, seguirán allí porque la situación de los interesados ha cambiado radicalmente.

En cuanto a las medidas de seguridad, Ros destacaba que «se ha habilitado un trayecto de entrada y otro de salida para que no se crucen los clientes y cada coche, tras ser probado, se somete a un proceso para evitar contagios y que la siguiente persona que lo vea esté totalmente segura».

En el Polígono Cabezo Beaza, muchas tiendas que no alcanzan los 400 metros cuadrados han ido abriendo poco a poco, pero se ve mucha menos actividad que la que se podía observar un día cualquiera antes del estallido de la pandemia y del estado de A¡alarma.

En la zona del Centro Comercial, Espacio Mediterráneo, el aparcamiento está semivacío y aunque hay varios comercios abiertos, lo han hecho con horario reducido y a la espera de que la apertura del centro comercial, algo que se espera que suceda la semana que viene, sea el impulso que necesitan volver poco a poco a la normalidad.

En el centro de la ciudad portuaria, la situación ha variado muy poco desde la semana pasada respecto a la apertura de comercios aunque se nota más vida en las calles.

El ayuntamiento de Cartagena sigue insistiendo en la necesidad de mantener las medidas de seguridad determinadas por las autoridades sanitarias para evitar dar un paso atrás en la lucha contra el coronavirus.