En el mundo de las bodas es cada vez más tendencia el anunciar la fecha del enlace a familiares y amigos con un 'Save the Date', una tarjeta física o electrónica que viene a ser una pre-invitación a la boda para que nadie haga otros planes para ese día. Ahora, en un mundo en el que el coronavirus y las fases de desescalada mandan en las agendas, es una incógnita saber si las bodas programadas para los próximos meses se podrán celebrar en la fecha deseada o si los novios tendrán que buscar otra para el que tiene que ser uno de los días más felices de su vida.

En esta situación están Marta Hernández y Carlos Tejada, que tenían previsto casarse el próximo 10 de octubre en Cartagena y que, aunque conservan esa fecha, han reservado el 20 de noviembre de 2021 como plan B.

Carlos explica que «tenemos la esperanza de, si todo va bien con el plan de desescalada del Gobierno, poder casarnos ese día, pero hay que tener muchos factores en cuenta». La familia de Carlos es de fuera y las fronteras podrían seguir cerradas, con lo que a la mayoría les sería imposible estar presentes en el enlace.

Se han dado de plazo hasta julio para decidir si cambian la fecha o no. Priorizan el tener la boda que ellos quieren, porque «si no puede venir tu familia, no nos merece la pena»

La ceremonia es religiosa y la quieren celebrar en la Iglesia del Carmen. No han tenido problema para poder cambiar la fecha porque en noviembre hay muy pocas bodas y, además, los proveedores le han dado todas las facilidades.

En cuanto al vestido, Marta ya ha pagado 500 euros de señal y está pedido a fábrica. Dice que «quiero mantener este traje, pero, si nos tenemos que ir más allá de 2021, tendré que cambiarlo».

En Madrid, Jesús Ruiz y Laura Ruiz, él de Cartagena y ella de Jaén, quieren casarse, en una ceremonia civil en Almuñécar, el próximo 31 de octubre.

Para poder hacerlo tienen que iniciar los trámites en el Registro Civil de Madrid, ya que es donde están empadronados, y es aquí donde empiezan sus problemas

Por la crisis del coronavirus, la cita previa que tenían concertada desde febrero para el 8 de mayo fue anulada para darle preferencia a otras instancias y eso puede hacer que cuando les vuelvan a dar cita y pidan un traslado de expediente a Almuñécar, este no se haga lo suficientemente rápido como para poder casarse allí en octubre. Jesús cree que «deberían reforzar la plantilla o permitir que se presentara la documentación de forma telemática y ya iríamos otro día en persona. Así parte del trabajo ya estaría hecho».

Piensan que donde realmente les influye es en el viaje de novios porque podrían hacer la celebración y casarse luego en el juzgado; pero, si no están casados, no tienen derecho a las dos semanas libres que estipula la ley.

Laura cree que lo más probable es que se queden sin viaje porque «queríamos ir a Nueva York y a La Habana, destinos a los que sería imposible ir si las fronteras siguen cerradas, y más con la situación que tiene Estados Unidos».

En la ceremonias de carácter religioso, las parroquias están haciendo todo lo posible para que los novios puedan cambiar la fechar y casarse en el lugar que es significativo para ellos.

José Abellán, párroco de la Iglesia de Santa María de Gracia de Cartagena, explica que ya han trasladado todas las fechas de marzo, abril y mayo a otras, y que los novios que pensaban contraer matrimonio en septiembre, octubre y noviembre, están esperando a ver cómo evolucionan los acontecimientos. El cura también cuenta que «hemos tenido que consolar a más de una pareja que ha visto que no podían casarse el día que querían pero, al final, siempre hemos encontrado una solución».

De soluciones y de planes B para bodas entienden, y mucho, los y las 'wedding planners', una figura muy extendida en los últimos años que se encarga, junto con los novios, de la planificación, coordinación y desarrollo de eventos nupciales, ocupándose de todos los aspectos relacionados con la boda. Belén Pujol, CEO de 'Everythink!', lleva muchos años dedicada a este sector y cuenta que la crisis del coronavirus les ha hecho tener que esforzarse al máximo y tener hasta un plan C para que todo salga bien.

Según manifiesta, la primera opción para las bodas que no se han podido celebrar es buscar hueco en los últimos meses de 2020 y, como segunda opción, el año que viene.

También dice que «intentamos darles tranquilidad, pero está siendo difícil porque para las parejas es traumático aplazar la boda otro año, pero lo prefieren si pueden casarse sin mascarillas y sin preocuparse por si pudiera haber contagios». Belén trabaja con muchas parejas que son del extranjero, que ya vienen casados y que quieren celebrar su enlace en España, por lo que el cierre de las fronteras puede ser un problema.

Otros profesionales relacionado con la organización de eventos también se manifestaban al respecto y destacaban el esfuerzo que esta haciendo mucha gente para volver a ponerse en marcha y dar solución no solo a las parejas que se quieren casar, sino también a las familias cuyos hijos no han podido celebrar su Primera Comunión y que esperan poder hacerlo a partir de octubre.

Mientras tanto, las parejas solo quieren poder tener el enlace con el que soñaban y disfrutarlo con las personas que aman, sin ningún impedimento para abrazarse y celebrarlo tal y como la ocasión lo merece.