El obispo de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, ha puesto en marcha en su diócesis la delegación episcopal para la protección del menor y de los adultos vulnerables. Lo hace «siguiendo las indicaciones del papa Francisco, con el objetivo de erradicar los abusos sexuales a menores y adultos vulnerables que se pudieran cometer en el seno de la Iglesia», indica el Obispado.

El órgano, que cumple el mandato del Pontífice y del acuerdo tomado en la Asamblea de la Conferencia Episcopal Española, será presidido por el sacerdote de la diócesis Gil José Sáez.

Lorca Planes y Sáez comparecían este jueves en rueda de prensa para hablar del funcionamiento de este órgano. El obispo dijo que el hecho de que haya abusos «es un dolor muy grande» y apuntó que estos actos pueden ser cometidos por «obispos, sacerdotes, religiosos o cualquier otra persona que esté en el ámbito de la Iglesia».

«Si hay que pedir perdón, aquí estoy para hacerlo», sentenció el prelado. «Hemos puesto todas las ayudas necesarias para la ayuda y para la cercanía a todas estas personas que están viviendo un dolor y un sufrimiento», aseveró, en referencia a que él mismo denunció casos de presuntos abusos de los que tuvo conocimiento.

Gil José Sáez, por su parte, apuntó que «este instrumento se ha hecho con la intención de que a cualquier víctima podamos ayudarla en sus necesidades, por causa de aquellos abusos sexuales que sufrieron». De momento, se ha atendido en la Diócesis a ocho o nueve víctimas.

La delegación «tiene una sede virtual: no puede tener una sede física, para respetar el derecho a la intimidad de las personas», comentó, a lo que añadió que «el modelo de página web lo crearon unas monjas irlandesas» cuando en su país comenzaron a destaparse casos de abusos.

Hizo hincapié en la importancia de «escuchar a las víctimas», y apostó por tener «más empatía con ellas». Tal y como se lee en la web de la Diócesis de Cartagena, la delegación ofrecerá atención a las víctimas de abusos, con acompañamiento personal, psicológico, espiritual y jurídico.

Delitos prescritos o agresores fallecidos

El fin, se detalla en la web del Obsipado, es establecer el número de casos en los que se haya dado abuso sexual por parte de sacerdotes, religiosos y religiosas en la Diócesis de Cartagena desde 1950, así como escuchar a estas víctimas y si no es posible llevar a juicio a sus agresores, en ninguna de las dos jurisdicciones, establecer mecanismos de justicia restaurativa. Puede darse el caso de que haya agresores que han fallecido, dado que hay víctimas que tardan años en denunciar. También puede darse el caso de que el delito haya prescrito.

En el motu proprio Vos estos lux mundi, el papa Francisco encomendaba a todos los cristianos del mundo la labor de erradicar los abusos sexuales a menores y adultos vulnerables que se pudieran cometer en el seno de la Iglesia. En esta carta apostólica, con forma motu proprio, el Santo Padre ordenaba la creación en todas las diócesis de delegaciones donde las víctimas puedan presentar denuncias y ser atendidas con el debido respeto y dignidad. «Se necesita una continua y profunda conversión de los corazones, acompañada de acciones concretas y eficaces que involucren a todos en la Iglesia, de modo que la santidad personal y el compromiso moral contribuyan a promover la plena credibilidad del anuncio evangélico y la eficacia de la misión de la Iglesia», destacaba.

Admitió Sáez que hubo una época en la que la Iglesia «miró para otro lado», pero dijo que «gracias a Dios» eso ya cambió hace años.

Por otro lado, preguntado por el coronavirus, el obispo destacó que las iglesias están «limpias, desinfectadas» y valoró «la tremenda emoción por parte de los fieles» al poder regresar a los templos, ya abiertos.

Asimismo, «la caridad ha estado al cien por cien, ha habido una respuesta muy positiva de la gente joven, y más en el economato Galilea», manifestó.

«El virus no entiende de sentimientos, de corazón ni de amistades, y hay que protegerse de él al máximo», resaltó.