«Si tengo sitio y vienen unos clientes a sentarse, ¿qué hago, les voy a decir que no solo porque no tengan reserva?» Así se expresa un camarero de Murcia, que prefiere que no conste el nombre de su bar, a propósito de la imposición de que, para sentarse a tomar algo, haya que reservar. Sobre el papel, las condiciones son mucho más restrictivas que la realidad.

Tras dos meses cerrados por culpa del coronavirus, muchos bares y restaurantes de la Región abrían de nuevo este lunes, aunque, por ley, con el aforo reducido a la mitad en las terrazas y con los salones interiores cerrados, de momento. Eso unido a que los trabajadores han de cumplir una serie de medidas de higiene para evitar que haya hipotéticos contagios.

«Abro el jueves, era muy precipitado y no me quise arriesgar a comprar género y que luego no pasáremos de fase. Tengo bastante reservas hechas, ya se lo digo», explica Rafael Ortega, dueño del mesón La Taberna de Rafael, en la ciudad de Cartagena.

Dos personas se abrazan en la terraza de un bar de Cartagena. Iván Urquízar

«Yo tengo una terraza muy grande. Si me viene gente, aunque no haya reservado, si tengo mesa», se sentarán, tiene claro. De momento, «tengo más de 14 mesas montadas, y mesas grandes, y me caben más; tengo aquí un montón de sitio, gracias a Dios, a ver si podemos salir para adelante», indica Ortega.

Los murcianos que quisieran tomarse una caña en la terraza La Pólvora, en el jardín del mismo nombre, se vieron el lunes «haciendo cola y esperando», explica Manuel Blaya, dueño del negocio.

«Se puede venir con reserva o esperar», detalla el hostelero, que se ha quedado «con diez mesas, con suatro sillas por mesa». Aunque a los clientes se les ofrece «cubiertos de plástico», por el tema del coronavirus, quienes lo deseen puede comer con cubiertos de los de toda la vida, indica.

Abel, encargado de la bodega La Fuente de Cartagena, destaca que la gente no está reservando mientras haya mesas vacía. «Cuando se llenan las siete mesas, a los clientes se les pide el número y se les invita a que se den un paseo, mientras esperan, para que no haya aglomeración en la terraza», detalla.

Un camarero sirve una mesa en la terraza de un bar en Cartagena. Iván Urquízar

Dice la ley que podrán abrir en fase 1 las empresas hosteleras que cuenten con un servicio de terraza, de las que podrán instalarse el 50 por ciento de las mesas que tenían permitidas en el año anterior a esta medida, con una distancia entre las mismas de dos metros y con un máximo de diez personas por grupo. Y se dijo también que había que reservar sí o sí para sentarse. Algo que, en muchos bares, por razones prácticas, no se está haciendo.

Cuando abrieron algunos comercios, se dijo que no se podría ir al baño de estos negocios. En el caso de los bares, se puede entrar, siempre que se haga de uno en uno. Este lugar será desinfectado un mínimo de media docena de veces al día, además de que, cada vez que entré alguien, se ha de limpiar correctamente.