La alcaldesa de Cartagena, Ana Belén Castejón, quiso hacer ayer «un llamamiento a la responsabilidad, para evitar aglomeraciones» en las terrazas como las que se vieron en la ciudad el lunes, primer día que abrieron las terrazas, una jornada que se saldó, en el conjunto de la Región, con tres personas detenidas y 271 denunciadas por incumplir las medidas que aún siguen en vigor.

En el caso de Cartagena, Castejón hacía estas declaraciones después de que la Policía Nacional una terraza del centro que, según indicaron testigos, estaba «totalmente abarrotada» una terraza del centro el primer día que se dejaba abrir a los bares de la Región.

Así las cosas, hasta cuatro vehículos de la Policía Nacional se movilizaron al lugar, donde explicaron a los presentes que, aunque la norma permite abrir las terrazas, hay que seguir guardando unas distancias de seguridad entre las personas, con el fin de que no se extienda más el coronavirus.

En la terraza del bar en cuestión, indican testigos, había principalmente grupos de amigos, gente joven que había quedado a tomar una cerveza tras semanas sin poder hacerlo cara a cara. Una estampa que molestó a viandantes que la vieron, y que optaron por llamar a la Policía.

Al respecto, Castejón destacó que «si los ciudadanos y los hosteleros no demuestran en Cartagena la responsabilidad de la que se ha venido haciendo gala, nos arriesgamos a perder todo lo que habíamos avanzado».

Subrayó la regidora que «es fundamental que se cumpla toda la normativa sanitaria y es de vital importancia que se cumpla a rajatabla el distanciamiento social que está en vigor», puesto que «no estamos libres de contagios, el virus sigue estando ahí afuera y Cartagena no puede permitirse dar un paso atrás».

De ahí que hacía «una advertencia» al remarcar que «la fase 1 no es un cheque en blanco y, si no actuamos correctamente, no solo corremos el riesgo de un repunte», sino de que se vuelva a «endurecer el confinamiento, cerrando bares y cerrando comercios».

«Sería un duro golpe que nos viésemos obligados a tomar esas medidas», aseveró Castejón.

En el caso de la terraza «abarrota», de momento no se ha multado a los dueños, que sí han sido avisados de que, de darse escenas similares, podrían recibir una sanción de hasta 30.000 euros.

No solo piensa así la alcaldesa de Cartagena: la de Águilas, Mª Carmen Moreno, dijo a LA OPINIÓN que coincide «totalmente» con su homóloga. La regidora hizo un llamamiento al sector y a los vecinos «para que se cumplan las necesarias medidas preventivas, ya que el coronavirus sigue activo». Ante la pregunta de si se plantearía cerrar las terrazas, responde que «si no se cumplen las condiciones marcadas por las autoridades, sí».

Por su parte, el alcalde de Los Alcázares, Mario Pérez, se manifiesta «en el mismo sentido», pues «igual que hemos sido flexibles a la hora dar facilidades al empresario, si no se cumplen las medidas actuaremos en consecuencia». Critica que se puedan «tirar por la borda» dos semanas y asegura que no le temblaría la mano para quitar licencias de terrazas.

No todos los bares han abierto, aunque tengan sus sillas al aire libre. «Abro el jueves, era muy precipitado y no me quise arriesgar a comprar género y que luego no pasáremos de fase. Tengo bastante reservas hechas, ya se lo digo», explica Rafael Ortega, dueño del mesón La Taberna de Rafael, en la ciudad de Cartagena.

«Yo tengo una terraza muy grande. Si me viene gente, aunque no haya reservado, si tengo mesa», se sentarán, tiene claro. De momento, «tengo más de 14 mesas montadas, y mesas grandes, y me caben más; tengo aquí un montón de sitio, gracias a Dios, a ver si podemos salir para adelante», indica Ortega.

«La gente entiende las circunstancias», opina Manuel Quijano, que tiene un bar en la urbanización Altorreal de Molina de Segura y se ve «volviendo otra vez a una rutina un poco descontrolada: no puedes tener las mesas montadas». «No puedes tener el mantel ni los cubiertos ni nada, solamente mesas y sillas. Cuando llega el cliente, proceder al montaje», resalta el hostelero, que se ve con «una fórmula muy rara de trabajar para la que no estamos acostumbrados». De ahí que aspire a ponro «volver a la normalidad».

Sí se puede entrar al aseo

Cuando abrieron algunos comercios, se dijo que no se podría ir al baño de estos negocios. En el caso de los bares, se puede entrar, siempre que se haga de uno en uno. Este lugar , establece la norma, será desinfectado un mínimo de media docena de veces al día, además de que, cada vez que entré alguien, se ha de limpiar correctamente.