En el último mes y medio los sanitarios están dando el doscientos por cien para atender a la población, reorganizar servicios y adaptarse a una pandemia totalmente desconocida que prácticamente les ha pillado por sorpresa. Pero quienes también han tenido que aprender y adaptarse a contrarreloj son los MIR (médicos internos residentes), profesionales que están en su última etapa formativa y que el SMS ha aprovechado para cubrir todos los frentes que se han abierto en esta crisis sanitaria.

Todos los R1, R2, R3, R4 y R5 (residentes de primer, segundo, tercer, cuarto y quinto año) han tenido un papel destacado en esta pandemia. El SMS decidió que los R1 se encargarían de reforzar el seguimiento de los pacientes sospechosos de coronavirus en aislamiento domiciliario que se está haciendo desde Atención Primaria, mientras que creó un grupo con R2 y R3 para prestar apoyo en las residencias de mayores (grupo al que se formó y que finalmente no se incorporó al estabilizarse la situación) y los R4 y R5 han seguido en los hospitales trabajando con sus adjuntos.

Entre estos MIR está Ana Pérez, R1 de Medicina de Familia en el Área I Virgen de la Arrixaca. Esta médico había hecho sus primeros meses de residencia en el Centro de Salud de San Andrés y se encontraba rotando en la Unidad de Corta Estancia de la Arrixaca cuando se declaró el estado de alarma por el coronavirus. En ese momento se suspendieron las rotaciones y la convocaron para acudir a Habitamia (sede del SMS) y desde allí trabajar en el seguimiento telefónico de los casos de Atención Primaria.

Pérez explica que «la forma de trabajar y la organización va al día, nos vamos adaptando según cambia la situación» y reconoce que estas semanas han sido duras, «hemos tenido días en los que la lista de pacientes en seguimiento ha sido brutal, no dábamos abasto, aunque en estas últimas semanas ha ido bajando».

Pese a lo duro que está siendo, esta R1 afirma que «el trabajo en equipo es apasionante y hemos aprendido mucho», principalmente a ver que «los equipos de Primaria hemos sido fundamentales para no desbordar los hospitales».

En el lado más crudo, en Cuidados Intensivos, está el doctor Julián Triviño, R4 en la UCI del Hospital Reina Sofía de Murcia. Este cartagenero, que se encontraba rotando en el Hospital Vall d'Hebron de Barcelona cuando estalló la pandemia y por orden ministerial tuvo que volver a Murcia, explica que «los residentes hemos asumido gran parte de la carga del coronavirus, hemos reforzado guardias y hemos hecho un gran esfuerzo». En el caso de UCI dice que la formación ha sido muy rápida, «de un día para otro», y reconoce que hubo días en los que los EPI (equipos de protección individual) escaseaban y muchos compañeros se tuvieron que comprar su propio material». El doctor Triviño considera que esta situación «es una oportunidad para aprender, nos hemos adaptado en tiempo record».

Domingo Sánchez, R3 de Oncología en la Arrixaca y vocal de residentes del Colegio de Médicos, también ha estado al pie del cañón desde el inicio de la pandemia. En su caso señala que en el Hospital de Día «hemos tenido que adaptarnos para no poner en riesgo a los pacientes y seguir dando los tratamientos, a la vez que hemos adquirido nuevas competencias». No duda al decir que «los MIR estamos haciendo un gran trabajo» y «espero que el SMS esté a la altura cuando volvamos a la normalidad, como lo hemos estado nosotros».