El plan de contingencia ante la situación generada por la epidemia de Covid-19 puesto en marcha por la Mancomunidad de los Canales del Taibilla ha llevado a suspender temporalmente la actividad de producción de tres de las seis potabilizadoras o estaciones de tratamiento de agua potable (ETAP) que tiene el organismo público en Murcia, Alicante y Albacete. En concreto, siguen activas las plantas de Letur (Albacete), La Pedrera (Alicante) y la de Sierra de la Espada, en Molina de Segura.

«La versatilidad que tiene la red hidráulica del organismo permite que con tres potabilizadoras en funcionamiento se mantenga el abastecimiento de agua potable a toda la población», explica Juan Cascales, jefe de Coordinación y Potabilizadoras de la MCT. El objetivo de esta paralización temporal de las potabilizadoras de Lorca, Campotejar y Torrealta (Alicante) es concentrar todos los empleados en las tres ETAP operativas, «duplicando los efectivos disponibles para cada una de estas y creando a su vez turnos rotatorios para reducir la presencia física de los trabajadores que realizan tareas de encargado, laboratorio, mantenimiento y conservación », añade Cascales. «Teniendo en cuenta vacantes, personal apartado del servicio por ser considerado sensible al contagio por Covid-19 y otras bajas existentes, la disponibilidad de equipos es aproximadamente del 180% respecto a la plantilla nominal establecida para cada planta potabilizadora».

La producción por día en pleno estado de alarma en la potabilizadora de Sierra de la Espada es de 87.000 m3 de agua potable, mientras que la de Letur es de 121.000 m3 y la de La Pedrera es de 153.000 m3.

El jefe de estas plantas de tratamiento remarca que no hay constancia a través de estudios científicos ni referencias dentro del campo de la potabilización de que el virus SARS-CoV-2 pueda sobrevivir al proceso al que son sometidos los caudales obtenidos del río Segura, en el embalse de Ojós, como es el caso de la potabilizadora de Sierra de la Espada.

En este proceso de potabilización el agua es sometida a tres procesos: oxidación de la materia orgánica, eliminación de la turbidez que lleva el agua antes de tratarla y la tercera es la desinfección. «Esta última se realiza, como en gran parte de las potabilizadoras de España, mediante cloro. Esto es lo que garantiza que se pueda eliminar cualquier patógeno del agua destinada a consumo humano», subraya Cascales. Han pasado tres años desde la última fase de acondicionamiento y modernización de las potabilizadoras de la Mancomunidad y el organismo considera que sus instalaciones están preparadas para seguir tratando la eliminación de bacterias, virus u otros patógenos del agua con total de seguridad.

Contratación externa

Todos los trabajadores cuentan con equipos de protección individual completos (mascarillas, guantes, ?) siendo obligatorio el uso de mascarilla en el interior de las plantas a fin «de aumentar su seguridad y la de sus compañeros», apunta Cascales. El organismo también ha contratado de forma temporal a personal externo para reforzar las estaciones de tratamiento de agua, lo que además de un excedente disponible en caso de contagio «permitirá coordinar una paulatina vuelta a la actividad de las potabilizadoras cuya actividad se encuentra suspendida temporalmente». El plan de contingencia afecta tantos a los servicios centrales de MCT en Tentegorra (Cartagena) como al resto de instalaciones.