La posibilidad de adelantar la apertura de las playas de la Región de Murcia al día 25 (fecha de la Fase 2 si todo va bien) es bienvenida por la mayor parte de los ciudadanos que viven o trabajan en los municipios del litoral, aunque muchos tienen dudas sobre cómo se podría hacer para mantener las medidas de seguridad y evitar posibles contagios, a la vez que se disfruta del mar.

En la zona de Los Nietos el ambiente es bastante fantasmagórico, ya que no hay ningún bar o restaurante en el que se vea actividad; en cuanto a las playas, aparecen limpias aunque el levante está trayendo algas a la orilla.

Ana Sánchez, vecina de la zona, cree que el hecho de que «la gente pueda venir no va a significar que se abran los bares. Muchos tienen el cartel de 'se vende'».

En Los Urrutias hay más movimiento de vecinos y comerciantes, pero la actividad hostelera brilla por su ausencia. En cuanto a las playas, hay máquianas trabajando para acabar con malos olores y aguas negras que denunciaron los vecinos hace unas semanas. Julia Martínez pasea con su hijo pequeño, aprovechando el buen tiempo. No sabe si la apertura de las playas servirá para dinamizar un poco la zona, pues «no creemos que vaya a venir gente, esto está muy abandonado».

En Los Alcázares el paseo marítimo está totalmente vacío pero sí se ve actividad en uno de los restaurantes más típicos de la zona: el restaurante de La Encarnación, que está organizando las mesas de la terraza para empezar a acoger clientes el día 11. Uno de sus encargados, Alfonso Jiménez, se muestra esperanzado porque ya cuenta con algunas reservas de clientes fijos que quieren volver a disfrutar de su terraza. Según explica, «tenemos que ponernos en marcha y empezar a trabajar», dado que «creemos que la gente tiene ganas de venir».

Ellos también gestionan el restaurante balneario San Antonio y esperan abrirlo también a lo largo de la próxima semana. Si finalmente se abren las playas el día 25 creen que «la respuesta será buena y si se cumplen las normas, no debe haber ningún problema».

En la zona de San Javier, los vecinos ven con buenos ojos el poder disfrutar de las playas del municipio, pero hay quien prefiere esperar a que las fases de la desescalada estén más avanzadas. María Ballesteros tiene claro que «me da un poco de miedo ir a playa porque va a ser difícil mantener la distancia de seguridad». «Creo que esperaré», puntualiza.

En los locales de hostelería más cercanos a la orilla del mar no se observa mucha actividad. En los que sí la hay, dicen que abrieron el lunes pasado para probar si el vender comida para llevar a casa tenía éxito, pero no están contentos con la experiencia y ya ponen todas sus esperanzas en la apertura de la terrazas el día 11.

Juan García gestiona un quiosco al que no había vuelto desde que empezó el confinamiento y se afanaba en limpiarlo todo para poder poner su terraza. «Nos falta información. No sabemos muy bien cómo tenemos que actuar para garantizar la seguridad», destaca el hombre.

Esta por ver si finalmente las playas de la Región estarán abiertas o no el 25 de mayo. Lo que sí está contemplado, siempre que no haya cambios es las fases estipuladas por el Gobierno de Pedro Sánchez, es que estará permitido el consumo en el local con servicio en terraza siempre que haya suficiente separación entre los clientes que estén sentados juntos y entre mesa y mesa.

También estarán permitidos los viajes a segundas residencias siempre que estén en la misma provincia, lo que haría posible que fueran muchas las personas que se desplazasen a distintas zonas del litoral en estas fechas por lo que los ayuntamientos quieren tener muy claras las normas que deben regir estos desplazamientos y las más que probables visitas a las playas.

La Comunidad Autónoma ha sido tajante a la hora de asegurar la salud en los municipios costeros desde los primeros días de la pandemia, ya que fue en ellos donde se refugiaron residentes de otras provincias cuando en zonas como Madrid se tomaron las primeras medidas.

La vigilancia a los accesos también se reforzó durante la Semana Santa y en el pasado puente de l 1 de Mayo. Pese a todo, y a que se apeló a la responsabilidad de cada uno para evitar la propaganción del virus, no se pudo evitar que se notara una mayor cantidad de personas en las calles de estas localidades y yendo a comprar a los supermercados cercanos a sus viviendas.

La separación entre bañistas será la primera norma de seguridad

Acostumbrados a unas playas abarrotadas y en las que cuesta encontrar espacio para poner la toalla, las nuevas normas para ir a tomar el sol y bañarse nos pueden descolocar porque ahora primará la seguridad y el distanciamiento social será la piedra angular de dicha seguridad. Municipios costeros de toda España están buscando la fórmula ideal para causar las mínimas molestias posibles a los ciudadanos y apuestan por poner turnos para ir a la playa o dividir la arena en cuadrículas. Tambien se habla incluso de reservar zonas para los distintos tramos de edad.

En la Región de Murcia, la Comunidad todavía no se ha decantado por una fórmula u otra y cualquiera por la que se decida va a ser complicada de aplicar y, sobre todo, de cumplir. Los ayuntamientos costeros quieren compatibilizar seguridad y tiempo libre, por lo que piden que se establezca una normativa lo antes posible para que se estudie cómo aplicarla de forma efectiva y que se acuda a la playa a disfrutar y no a sufrir.