La Región puede ser una de las comunidades que tardarán más en recuperarse de la crisis provocada por el coronavirus, según el informe sobre el impacto del Covid-19 que ha realizado el BBVA. El informe augura una caída de la economía nacional del 8,3% para este año, tres décimas más que la media nacional.

Para 2020 BBVA Research prevé un crecimiento económico del 6%, que estará por encima de la media nacional (5,7%), aunque este repunte no impedirá que el PIB siga estando por debajo del alcanzado en 2019, cuando Murcia llegó a crecer un 2,2%.

La recuperación será posible en buena parte gracias a la actividad turística y del consumo.

La dependencia del turismo y la caída del consumo ligado a la hostelería es uno de los factores por lo que se prevé una mayor incidencia de la crisis este año en las comunidades del Mediterráneo y en los archipiélagos, que serán los más castigados, con descensos del 17% en Baleares y del 13% en Canarias debido a la suspensión de las comunidades aéreas.

En 2021 Murcia, Comunidad Valenciana (también con una caída del 8,3%) y Andalucía (8,2%) registrarán descensos superiores a la media nacional (8%).

Por el contario, las comunidades del norte con una mayor implantación de la industria se verán menos castigadas por los efectos de la crisis sanitaria, lo que rebajaría hasta el 7,3% el retroceso en el País Vasco y Navarra.

La temporalidad es uno de los factores que más incidencia tienen en la destrucción de empleo, lo que hace que las islas y las comunidades del Mediterráneo sean las que acusan una pérdida mayor en la afiliación a la Seguridad Social desde que se decretó el estado de alarma.

"Sin embargo, en las regiones del centro y norte peninsular, en las que las actividades esenciales y el sector público tienen un mayor peso, la pérdida de afiliación fue menor".

Por esta razón, el Servicio de Estudios de BBVA Research destaca expresamente "la necesidad de medidas que protejan a los colectivos más expuestos a la temporalidad para contribuir a la supervivencia de las empresas y de los puestos de trabajo".

Igualando la caída de la media nacional se situarán Asturias, Cantabria y La Rioja, mientras que el resto de retrocesos serán notables pero inferiores: Aragón (-6,8%), Castilla y León (-7,4%), Castilla- La Mancha (-6,4%), Extremadura (-6,6%), Galicia (-7,4%), Madrid (-7,4%), Navarra (-7,3%) y País Vasco (-7,3%).

En este sentido, explica que en Extremadura, Castilla-La Mancha, Castilla y León, La Rioja y la Comunidad de Madrid, la contracción de la actividad se ve mitigada por el mejor desempeño relativo de los sectores de actividades como el sector agrario y de alimentación, el sector público o los servicios de alto valor añadido, que se han visto menos afectados en la fase inicial de esta crisis. Por otro lado, en País Vasco, Castilla y León, Galicia, Navarra y Aragón la actividad también podría caer menos que la media en 2020.

En este caso, el retorno más rápido a la normalidad de los sectores industriales puede hacer que en estas comunidades, aunque el impacto inicial sea intenso, resulte también de menor duración. En el caso de País Vasco y Navarra, un mayor espacio fiscal ha permitido políticas más ambiciosas que en otras comunidades autónomas, según BBVA Research.

Para 2021 vaticina que la diversificación de los mercados exteriores, y en particular hacia países que estén más adelantados en la superación de la crisis sanitaria, como los asiáticos, puede ayudar también a la reactivación de la actividad. Considera que la recuperación del comercio internacional puede afectar de forma diferenciada a las comunidades autónomas, siendo Aragón, Navarra, País Vasco, Cataluña y Murcia el grupo que más puede aprovechar el repunte.

Además, el observatorio explica que la crisis genera desigualdades regionales en términos de empleo cuyos efectos se extenderán más allá de la duración del estado de alarma, debido a la estructura sectorial, la temporalidad y la estacionalidad el mercado de trabajo.

De hecho, apunta que los datos de afiliación a la Seguridad Social en los meses de abril y marzo ya muestran que el empleo se contrajo de forma más intensa en las comunidades insulares, mediterráneas y del sur, y menos en el centro y norte peninsular, por el mayor peso de las actividades esenciales y el sector público.