Los pequeños comercios de la Región abren de nuevo sus puertas tras más de cincuenta días cerrados. Lo hacen sin saber aún si la reapertura les saldrá «rentable» o les generará «más pérdidas económicas».

Algunos, como las peluquerías tienen largas listas de espera. María del Mar Valverde, propietaria de un salón en la calle Carmen Conde, en Cartagena retoma la actividad laboral en solitario y con cuatro empleados en ERTE a los que no ha podido «rescatar». «A pesar de tener a más de 100 clientas esperando, estos días apenas podré cubrir gastos», asegura Valverde, añadiendo que «abrimos por mantener a nuestras clientas y por ofrecer el servicio pero dudo que esto sea rentable, lo hago pensando en el futuro».

Al igual que Pedro Miras, que regenta otro salón de belleza en Tierno Galván y lleva todo el fin de semana desinfectando el local «para que esté como los chorros del oro». El peluquero levantó ayer el teléfono para avisar a las 150 clientas que se han puesto «a la cola» para ponerse en las manos de Miras. «Tengo la suerte de que el local es grande, por lo que mantener la distancia de seguridad sin problema cuando sea posible recibir a más de una persona».

Gran parte de los hoteles cartageneros han decidido permanecer cerrados a excepción del Hotel Manolo que hoy sube la persiana. «Hemos sacado del ERTE a 6 empleados de los 16 que componen nuestra plantilla», explica María Dolores Sánchez, directora del complejo hotelero. Sánchez lleva «desde el minuto uno» intentando reabrir el Hotel Manolo pero se lo han «permitido» hasta ahora.

La directora asegura que están «expectantes» y que por el momento no cuentan con ningún cliente: «somos conscientes de que si no viene nadie a alojarse en el hotel nos vamos a la ruina, tenemos seis sueldos que mantener, la luz, todos los gastos del local y la inversión en gel hidroalcohólico y mascarillas...¡Son muchos gastos!». Sin embargo, Sánchez insiste en que «queremos morir con las botas puestas, jamás habíamos cerrado en cincuenta años así que vamos a darlo todo hasta el final».

«Esto es cubrir gastos»

Dice Laura Ruiz, de Ona Estilistas, calle Jara Carrillo, que el teléfono lleva días sonando: «Al poco de que se anunciara que podíamos abrir comenzaron a llamarnos clientas, ahora mismo tenemos lista de espera de dos semanas».

Mientras desinfecta el reposabrazos de una butaca, Laura enumera de memoria las condiciones de seguridad obligatorias: se permite la apertura de establecimientos con una superficie inferior a los 400 metros cuadrados con cita previa, asegurando la atención individualizada a cada cliente y la distancia de seguridad entre trabajadores. Y si esta no es posible, el uso de mamparas se convierte en obligatorio. Además, habrá un horario de atención preferente a los mayores de 65 años y se deberá limpiar con lejía «o cualquier otro desinfectante» al término de la jornada laboral.

Laura coge aire y del interior de su mascarilla se escapa un suspiro: «Es lo que hay, tenemos que volver a la normalidad algún día, porque si no...nos morimos». Con respecto a la seguridad, Laura lo tiene claro: «Nosotras no podemos trabajar con distancia, tratamos el pelo de la gente, así que somos las primeras interesadas en que todo esté bajo control».

En el bar El Sitico están en las mismas. Pedro Tavares, su dueño, niega con la cabeza mientras afirma que «esto no es otra cosa que cubrir gastos, pero por algún sitio hay que empezar». Dice que tener terraza «va a ser la salvación» para muchos bares pequeños. «Nosotros estamos mirando a ver si las licencias se flexibilizan un poco, porque ahora mismo nos resolverían la papeleta. A los que tenemos locales pequeños nos crujen en cuanto no se puede meter gente dentro», explica.

Y mientras, Glovo. «Pensábamos que la apertura iba a ser al 50% y que no iba a hacer falta tirar tanto del servicio a domicilio, pero ahora no queda otra que abastecerse de envases desechables y atender desde aquí», dice, señalando un barril en la puerta del bar.

«¿Expectativas? -se pregunta Pedro con una ceja levantada- están claras: salvar el culo como sea, aguantar como sea hasta finales de junio o principios de julio y esperar a que entonces se pueda abrir».

Fase 0

Fase 0

La Delegación del Gobierno repartirá hoy 460.000 mascarillas en toda la RegiónDado que el uso de la mascarilla será obligatorio en el transporte público a partir de hoy, la Delegación del Gobierno desplegará un amplio dispositivo en toda la Región para distribuir entre los municipios y entidades sociales 460.000 unidades, que Protección Civil repartirá en los nodos de transporte.

Gestión de la demanda de transportes para frenar la masificación y reducir los riesgos

La Administración podrá modificar horarios de transporte para reducir la intensidad de la demanda en hora punta. Se deberán acordar las medidas necesarias para procurar el movimiento ordenado en los nodos de transporte, que reforzarán la mensajería para evitar posibles aglomeraciones.

Desplazamientos a huertos familiares o de autoconsumo dentro del mismo municipio

Aunque se mantienen las mismas indicaciones con respecto al uso del coche (una persona por fila y siempre en diagonal), la fase 0 trae una novedad: se podrá ir a huertos familiares, de autoconsumo o municipales si se encuentran en el mismo término municipal que el del domicilio o uno adyacente.

Deporte profesional y federado: sin límite de tiempo y dentro de la misma provincia

Los deportistas profesionales podrán hacer entrenamientos individuales al aire libre, sin límite de tiempo y dentro de la provincia en que residan. Los federados podrán practicar dos veces al día, siempre dentro del horario que se aplica al resto de gente: de seis a diez de la mañana y de ocho a once de la noche.

Abren los archivos y los usuarios podrán pedir consultar diez documentos en locales acondicionados

Otra novedad que trae la fase 0 es la apertura de los archivos públicos y privados. Aunque preferentemente atenderán al público por vía telemática, cuando sea imposible deberán ofrecer sus servicios a los usuarios, que deben solicitar la consulta de un máximo de diez documentos en dependencias acondicionadas.