El jueves Pilar Morillo y su familia recibieron una de esas temidas llamadas que trastocan la vida para siempre. El médico del centro ocupacional 'Los Olivos' de Cieza les informaba de que su hermano, de 25 años de edad y con discapacidad, había muerto durante esa noche. Al llegar al lugar, y cuestionando al facultativo sobre lo ocurrido, la explicación que recibieron era la de que su consanguíneo se había encontrado mal el día de antes, teniendo "un cuadro de vómitos y fiebre" al que no se le dio importancia, por lo que se le administró un analgésico (concretamente un paracetamol) y se le acostó.

Al día siguiente amanecía muerto en su cama en lo que el médico calificaba de una muerte súbita, aunque la familia pidió ver el cadáver. Según relata Pilar, lo que se encontraron en la habitación de su hermano distaba mucho de ser "súbito", pues su cadáver estaba atado a la cama mediante correas de sujección y su rictus era totalmente agónico, con líquido estomacal aún resbalando de su boca abierta. "No era el semblante de alguien que ha muerto durmiendo, te lo aseguro", explica su hermana, cuya familia ya ha presentado una denuncia que investiga Guardia Civil.

Y es que al ser cuestionado sobre si se le iba a realizar la prueba de coronavirus a su hermano, el médico del centro respondió, siempre según la versión de los familiares, que sus síntomas no casaban con la enfermedad, pero que se le haría por protocolo como a cualquier fallecido en un centro de este tipo durante la pandemia. La familia enterró a su fallecido y al día siguiente, para su sorpresa, les comunicaron que la prueba del Covid-19 había resultado positiva. Su hermano tenía el virus.

Salud se hacía cargo de la residencia como dicta el protocolo de actuación en estos casos y tal y como ha ocurrido ya en las residencias Caser, Orpea, la de Santomera y una en Abanilla, además de en el centro de discapacitados de Churra, cuya competencia ya ha sido devuelta a Familia al no haber ningún caso de coronavirus actualmente en el mismo, y ha recogido muestras a los profesionales y residentes del centro, unas pruebas que, según Villegas comunicaba ayer en rueda de prensa, son todas negativas por el momento.

La Guardia Civil ha tomado declaración a los involucrados y ha remitido la información a los juzgados pero explica, no obstante, que no hay una tipología delictiva clara a la espera de los resultados de la autopsia y de la investigación, que sigue abierta para aclarar lo sucedido y depurar la responsabilidad penal si la hubiera.