«No madrugaba tanto desde la Selectividad», apuntaba ayer por la mañana una mujer, en voz alta, mientras caminaba a paso ligero por las inmediaciones del jardín del Malecón, en la capital murciana, en este 'día de la liberación' progresiva donde los ciudadanos ya podían salir a la calle sin tener que esgrimir una razón de fuerza mayor si les para la Policía.

De seis a diez de la mañana era el turno de las personas autorizadas a salir solas o en pareja, bien a practicar deporte, bien simplemente a respirar aire. Mientras, en la red social Twitter era tendencia la etiqueta #correr.

Nueve menos cuarto de la mañana en el centro de Murcia. En la calle Jara Carrillo, los que hacen cola a distancia en la puerta de una panadería ven pasar a un runner solitario, con cascos y sin mascarilla. «Ya parece esto otra cosa», masculla un hombre. «Ahora va a resultar que todo el mundo hace deporte», responde otro, en la misma fila. Nueve menos diez de la mañana y el Plano de San Francisco está tomado por los corredores. Pasa lo mismo con la mota del río. «Si hay que hacerse deportista para salir, pues todos deportistas», comenta un vecino, mirando a los runners. «Parece esto la maratón de Murcia», aporta un hombre que ha salido obligatoriamente de su casa, para trabajar. «Y creo que a primera hora estaba peor», apostilla.

Nueve menos cinco de la mañana y pasa por la zona un coche de la Policía Nacional. Nadie se tiene que inventar una excusa para librarse de una hipotética multa.

Aunque cada uno saliese a solas, casualmente se encontraban con conocidos y podían, a distancia, departir un rato. «No he visto tanta gente moviéndose y haciendo deporte en la vida: es para flipar, tío», decía un ciclista a otro, que miraba las distancias que indica el cartel de Murcia Río y corroboraba que, hasta la Contraparada, hay once kilómetros. «Es que ya hay muchas ganas, macho, hay muchas ganas de oxigenarse un poco», detalla el tercer joven en bici que hace un descanso con sus compañeros. A los corredores les quedaba apenas una hora al aire libre: a las diez de la mañana, tenían que volver a casa para que saliesen, con más garantías, las personas mayores junto a sus cuidadores.

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Primeras salidas en la fase de desescalada en Murcia

En Cartagena, la mayoría de vecinos optó por el chándal para el primer paseo de la desescalada. Sin embargo, Nuria Moreno y Elsa Martín, madre e hija, confesaban que para una «ocasión tan especial» preferían «arreglarse un poco». «Hacemos deporte en casa, así que la salida es para disfrutar», apuntaba Moreno.

La 'milla verde', Sebastián Ferringán y la subida a 'Los Canales' fueron algunos de los puntos más abarrotados de ciclistas y runners durante la pasada jornada.

En Cieza, mientras tanto, la gente optó por salir por el Paseo Ribereño y el Paseo de Ronda.

«Tú no te pongas en aglomeraciones», aconsejaba la trabajadora de una panadería de la calle Luis Braille a una clienta de avanzada edad, 'armada' con mascarilla y guantes. A partir de las diez de la mañana de este sábado, llegaba el turno de los mayores de la casa. Los runners y ciclistas se retiraban y dejaban el espacio público a disposición de los que son más vulnerables al ataque del coronavirus.

«Al final vamos a caer todos», lamentaba la cliente de la panadería, en conversación con otra señora que guardaba la fila para la pescadería de enfrente. Lo hacía en referencia a la cantidad de gente que, aseguraba, había visto en la calle.

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Primer día de paseos al aire libre en Mazarrón

Sentados en la avenida de la Libertad estaban Joaquín Gómez y Gloria Martínez, matrimonio. «Tenemos un poco que salir porque nos ponemos locos, mejor salir un poco a andar», comenta la mujer. Preguntados por si tienen miedo al 'bicho', Gómez bromea con que «nosotros tenemos miedo desde que nacimos», y añade que «esto es delicado, pero tocamos a una caja y, cuando llega, ha llegado».

Dos señoras, por otro lado, bromeaban sobre cómo llevan el pelo. «Si vamos todas igual, qué más da», considera una de ellas, señalándose a sí misma la raíz, donde repuntan las canas. A escasos metros, en la Plaza Mayor, una peluqería se prepara para abrir, con cita previa: el dueño ha levantado ya la persiana para poner el local a punto.

A la pregunta de si teme ir saliendo a la calle, otro señor, que ha bajado a comprar el periódico a la cuesta de la Magdalena, contesta que «miedo nada más se le tiene a la muerte y, a mi edad, va a venir, con corona o sin corona».

En Cartagena, Miguel Sánchez y María Esperanza Almansa explicaban que «agradecen» este esparcimiento, pero que para ellos lo más duro es no poder ver a sus ocho nietos. «Esperamos ese reencuentro con muchísimas ganas», apuntaban ambos.

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Primer día de desescalada total por franja horaria en Cartagena

Teresa Ballesta vive sola y ha tenido que pisar la calles «dos veces contadas» para hacer una «compra grande». Confiesa que el salir a andar «es un grandísimo alivio». «Me paso el día aburrida así que aunque no pueda acercarme a nadie, pasear y ver gente me sube el ánimo», confesaba.

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Desescalada en Caravaca: Los 'runners' se ataviaron con sus pañuelos