«Tengo un bebé que me reclama constantemente, por eso suelo hacer las tareas domésticas de forma apresurada. Cuando estaba recogiendo y limpiando la habitación, al agacharme rápido me golpeé fuertemente la frente contra la esquina de la mesilla. Acudí enseguida al baño a echarme agua fría y entonces me vi la cabeza llena de sangre: me había hecho una brecha que requirió puntos de aproximación».

Así se expresa una vecina de Molina de Segura, de 38 años de edad, que sufrió el percance cuando su esposo se encontraba trabajando, con lo cual le pilló sola en casa, únicamente con su hijo, que no ha cumplido un año.

«Estaba montando una barra de dominadas en casa para poder hacer ejercicio físico durante el confinamiento cuando ésta se despegó de la pared y caí al suelo de rodillas. Me han tenido que dar seis puntos en una de ellas, por lo que ahora voy a pasar diez días prácticamente inmovilizado», relata Fran, un joven residente en Murcia que acabó en el Virgen de la Arrixaca tras su accidente. Afortunadamente, no precisó ser ingresado en el hospital y ahora se recupera en su hogar.

El Centro de Coordinación de Emergencias recibía, del 1 al 24 de abril del año pasado, únicamente seis llamadas relacionadas con accidentes domésticos en el conjunto de la Región. En las mismas fechas del presente año 2020, fueron 64 las llamadas, lo que implica un incremento de un 800%.

Entre los principales percances se encuentran quemaduras, caídas o accidentes con productos domésticos. Víctimas potenciales de los mismos son, por ejemplo, personas que aprovechan el confinamiento para aprender a cocinar o quienes, por temor al coronavirus, limpian la casa tan a fondo que acaban mezclando productos tóxicos, con el consiguiente riesgo que hacerlo implica.

Mención aparte, los niños. Al estar los más pequeños de la casa encerrados (desde el 26 de abril, pueden salir una hora al día), el peligro de que den un susto a sus mayores se multiplica. Sin embargo, parece que están siendo más cuidadosos que los adultos.

Ana Peña, jefa del Servicio de Pediatría del Virgen del Castillo de Yecla, explica que «durante estas semanas de confinamiento, ha habido incluso menos accidentes de los que suele haber». Entre las urgencias que se ha encontrado, «niños que se bebieron la solución hidroalcohólica, otros que se pillaron un dedito con la puerta o un niño que se cae y se rompe el labio», detalla.

Recuerda la doctora que «los niños siempre tienen que estar bajo la vigilancia de un adulto» y que, en toda vivienda, «los tóxicos tienen que estar en un armario, cerrado, y los medicamentos fuera del alcalde de los niños».

Insiste en que a los menores de tres años «nunca hay que darles frutos secos», porque se pueden atragantar. «Vienen y la misma familia te dice 'sé que no se lo tenía que haber dado'», comenta.

«En cinco segundos»

Peña manifiesta que «la mayoría de las veces, los accidentes se pueden prevenir» a lo que añade que «la obligación de los padres es que el entorno de sus hijos sea lo más seguro posible». «Pero luego viene el descuido. Te dicen 'si han sido cinco segundos'. Claro, pero, en cinco segundos, al niño le puede pasar algo, si se queda solo», destaca.

En el Virgen del Castillo atienden a una población de alrededor de 60.000 vecinos, de Yecla y Jumilla, de los cuales 14.000 son niños, apunta la doctora.

En cuanto a los adultos, Enrique Retuerto, jefe de Urgencias del mismo hospital, explica que limpiar la casa muy a fondo puede dar lugar a que la gente acabe con una intoxicación.

En este sentido, indica que hay personas que ponen «demasiado ímpetu en hacer limpieza» para tratar de acabar con el temido virus en todo el hogar, un empeño que da lugar a que «se mezclen productos que la gente tiene claro que no se pueden mezclar, como lejía y salfumán, lejía y amoniaco o algunos alcoholes y vinagre, que generan vapores tóxicos» que pueden llegar a ser letales para el que los inhala.

"La gente se cura en su casa"

Se da otra circunstancia en general en la Región de Murcia, y es que «la gente se cura en su casa» y prefiere no ir al hospital por miedo a contagiarse del coronavirus, explica Mª del Mar Durán, enfermera de Urgencias del Comarcal del Noroeste, en Caravaca de la Cruz.

«La gente está muy asustada», comenta la sanitaria, que tacha de «alucinante» la situación. Así, los accidentes domésticos que sí acaban en Urgencias son los especialmente graves, como «un corte, algún niño que se ha caído o una señora que se cayó por las escaleras», especifica.

En este sentido, profesionales sanitarios consultados temen que haya personas que de verdad necesiten un médico y no vayan al hospital porque creen que ahí se pueden contagiar del virus. «Infartos, ictus, antes teníamos todas las semanas y ahora apenas entran», apuntan al respecto. Lo que sí se ven: personas con problemas respiratorios, asustadas ante la posibilidad de tener el coronavirus.