El Colegio Oficial y Asociación de Químicos de Murcia ha presentado a la Consejería de Turismo, Juventud y Deportes un proyecto para que las empresas del sector hotelero y de la restauración puedan volver a abrir sus negocios libres de Covid-19.

A partir del 4 de marzo comienzan a subir la persiana los primeros negocios que hasta ahora estaban cerrados por el estado de alarma y, progresivamente, lo irán haciendo el resto, según vaya avanzando la Región en su desescalada. Una de las principales preocupaciones de los empresarios y de la propia administración es que las reaperturas se hagan en condiciones de seguridad.

El proyecto Establecimiento Free Covid-19 está dirigido por el tecnólogo de alimentos Juan José Cuenca, que forma parte del grupo multidisciplinar del Colegio de Químicos. «Queremos hacer un diseño de cómo actuar en cada establecimiento, ya que en función de su superficie, el producto a utilizar puede ser distinto», explica. El problema está en que «nadie asesora sobre la mejor manera de desinfectar».

Su propuesta consta de tres pilares. Planificar la limpieza y desinfección de cada negocio, verificar que la esterilización se ha hecho correctamente y que perdura en el tiempo y, por último, el establecimiento por parte de la Comunidad de un sello o certificado oficial que asegure que el local cuenta con todos los requisitos ambientales de seguridad. La decada del Colegio de Químicos y vicedecana de Ingeniería Química de la Universidad de Murcia (UMU), Fuensanta Máximo, cree necesario que «la administración vaya por delante» y establecer «un organismo oficial que certifique» la adecuación de las empresas a unos estándares mínimos.

Los qúimicos ofrecen también a la Comunidad la formación necesaria para los empleados de las nuevas empresas de desinfección que están surgiendo. «La radiación y el ozono son las maneras más habituales de desinfectar los espacios. En los quirófanos, por ejemplo, radian toda la sala en un momento. Pero ambos sistemas, aunque son fáciles de manejar, son peligrosos si no se usan correctamente, advierte Máximo.

«Nosotros apostamos más por el ozono, un gas muy oxidante que rompe la pared celular de los virus y mantiene estéril el ambiente», comenta Cuenca, que recomienda para este tratamiento la adquisición de una máquina que mantenga el ozono de manera permanente: «Permite que, si hay gente, la expulsión del gas sea residual y, por la noche, al estar el establecimiento vacío, subir la carga». Sea con la instalación del sistema o bien se haga la desfinfección con un equipo portátil, los químicos de la Región no dudan de que los empresarios necesitarán de asesoramiento en este sentido. «¿Cuánto tiempo lo pongo por la noche? ¿Qué muestreo tengo que hacer para saber si tengo el Covid en superficie? Son preguntas cuya respuesta depende de la actividad del negocio, de su tamaño o de su aforo», comentan.

Otro escollo económico

La Organización Mundial de la Salud recomienda la utilización de ozono para desinfectar los negocios, pero esto lleva un coste extra, ya que el servicio lo ofrecen empresas externas, debido a la especialización que requiere. Se trata de otro problema añadido para muchas pymes, que llevan meses con su actividad parada.

Desde el Colegio de Químicos calculan que el coste medio de un tratamiento de ozono para un local de 400 m² ronde los 2.000 euros. En un escenario de pandemia, la desfinfección se hace esencial, no solo por los protocolos de prevención de riesgos laborales, sino también porque muchos clientes huirán de bares o restaurantes en donde duden de si han sido desinfectados o no.

En este sentido, el proyecto Juan José Cuenca para Turismo da un paso más y proyecta una app que indicaría a los murcianos qué locales cuentan con un amiente óptimo.