La primera versión del decreto del estado de alarma contemplaba mantener abiertas las peluquerías, medida que generó desconcierto generalizado y acabó rectificándose, pero tras seis semanas de confinamiento muchos ansían su reapertura más que la de bares y restaurantes e incluso reservan sin saber cuándo abrirán.

"Después de este parón, vamos a trabajar más que nunca. Tengo clientas que me han pedido una cita para el primer día que podamos abrir, sin importarles cuál será", explica Marisina Luna, que regenta en Archena una peluquería, cerrada desde el 14 de marzo.

Ese mismo día, Luna había decidido "por seguridad" que no abriría incluso si lo permitía el decreto, ya que su trabajo requiere un contacto cercano con numerosas personas y ella convive con su padre, de avanzada edad.

Durante este mes y medio ha recibido muchas llamadas de clientas pidiéndole que acuda a sus domicilios, aunque solo ha atendido las llamadas de ayuda de algunos clientes y conocidos mayores a los que no ha cobrado por los servicios, al igual que ha hecho con otras habituales de su negocio a las que ha facilitado tintes para que se los aplicaran ellas mismas en sus casas.

Pero a medida que avanza el tiempo la situación se hace más complicada: Luna se acogió a las ayudas por cese de actividad, por la que se ha embolsado 680 euros que destina casi por completo a pagar su hipoteca y el coche que compró en enero: "Si lo llego a saber, no lo habría hecho. No lo he sacado del garaje", ha apuntado.

Su principal preocupación ahora es cuándo podrá volver a la normalidad, porque hasta el momento "todo son especulaciones" que le generan una gran inseguridad, la misma que siente Alba López, empleada en un salón de belleza del centro de Murcia.

Con una clientela fundamentalmente de mujeres mayores, han optado por seguir ofreciendo servicios a domicilio, pero se han reducido al mínimo: "Un tinte, un corte, un par de trabajos a la semana" que les están situando en una difícil tesitura.

"Las clientas también tienen miedo al contagio y como no salen de casa tampoco le dan ahora importancia a no llevar el pelo tan bien como acostumbraban. Si seguimos así, nos plantearemos cerrar definitivamente", lamenta.

En la situación actual, muchos han optado por arreglase de forma "amateur": cortes de pelo con maquinillas y tintes caseros se han convertido en otra de las múltiples actividades que la población confinada está practicando estos días.