"Te mentiría si te dijera que no he sentido miedo al pisar el portal con ella", dice Marta señalándose el pecho, donde su hija de 11 meses se agita en un portabebés. "Yo creo que no se ha enterado de nada, pero le va a venir bien tomar el sol y que le dé un poco el aire. Lo que no entiendo es que no podamos salir toda la familia junta, ya que es como hemos estado conviviendo", cuenta. Como ella, miles de adultos han salido hoy a las calles de Murcia acompañando a sus hijos de hasta 14 años, un total de 257.000 en el municipio según los datos del INE, la primera franja de edad a la que se ha aplicado el desconfinamiento. Un desconfinamiento, en cualquier caso, parcial y con unas reglas muy claras: hasta tres niños por adulto, paseos de una hora entre las nueve de la mañana y las nueve de la noche a, como mucho, un kilómetro del domicilio, respetando siempre la distancia de seguridad de dos metros.

En el típico domingo murciano de finales de abril -sol imponente, calor incipiente-, Patricia acompaña a su nieta, que empuja una pelota en la esquina de la Glorieta. "Mira cómo está la Gran Vía -señala-, esto parece una fiesta". A lo largo de la avenida, cortada por la Policía, decenas de niños corretean, saltan, conducen patinetes, lanzan pelotas. "Mi nieta estaba que se subía por las paredes -explica-, a estas edades -5 años- les sobra la energía y es necesario que salgan a desfogar".