Los miles musulmanes que viven en la Región de Murcia empezaban ayer el ayuno del mes de Ramadán en unas circunstancias más que especiales: el confinamiento al que obliga el estado de alarma, decretado por la pandemia de coronavirus, los deja sin la posibilidad de realizar los rezos en las mezquitas y sin rupturas de ayuno en comunidad.

El presidente de la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas (FEERI), el murciano Mounir Benjelloun, admite que «psicológicamente, no estamos preparados para estar en casa», dado que «la gente acostumbra a ir a las mezquitas» y, dadas las circunstancias, «no puede hacerlo».

La familia de Fouzia y Mohammed, en su casa de Guadalupe. Israel Sánchez

«Todas las mezquitas están cerradas», recuerda el murciano, que calcula que en la provincia hay alrededor de 100.000 musulmanes, que celebran «un evento muy importante para todos los fieles», el cual se considera «un mes de sacrificio». Un tiempo, apostilla Benjelloun, «de estar mucho en la mezquita», aunque ahora «estamos confinados y hay que respetarlo». Así las cosas, los musulmanes de la Región no podrán orar juntos ni hacer la ruptura del ayuno en comunidad, y tampoco podrán visitar a sus allegados.

Por tanto, el imán 'teletrabaja' y ha ideado formas de comunicarse con los fieles de su mezquita a través de Internet. «Tenemos el servicio de varias plataformas», comenta Benjelloun, en las cuales «el imán hace su discurso y la gente, desde su casa, lo escucha».

A este respecto, otro musulmán, Yahhya Aisaoui apunta que «hay mucha gente que no sabe leer el Corán, no sabe cómo rezar», por lo que pone el acento en lo importante que es que, mediante las nuevas tecnologías, puedan «rezar con el imán».

Mohammed, imán que se comunica con sus feligreses gracias a Interner, ayer en Murcia. I. Sánchez

Cherkaoui El hassani es imán, hasta hace poco ejercía en la población murciana de Sucina y ahora mismo vive en Callosa de Segura (Alicante). Insiste a sus fieles en la importancia de «estar en la casam respetar el estado de alarma», y explica que «normalmente, la gente venía a la mezquita a hacer el rezo nocturno», algo que, este año, no será posible por la pandemia. Él será uno de los imanes que se valgan de las bondades de Internet, ya que «hay gente analfabeta, que no puede leer el Corán» y necesita, estos días especialmente, de su palabra.

«Con resignación y paciencia»

Fátima Ettouhami, musulmana vecina de Beniaján, dice que «es un mes especial, pasamos el día sin comer y preparamos comida especial para la noche». «Después salimos a la mezquita, para estar juntos, y volvemos a casa. Sobre las cinco y hasta las cinco y media de la madrugada, podemos comer algo», relata.

Son tres miembros en su familia: su esposo, su hija y ella. Quitando que no pueden ir a la mezquita, «lo demás, igual».

Cherkaoui El hassani, imán de la comunidad islámica Annour, ayer con su ordenador.

«Encima ha caído que hoy (por ayer) es mi cumpleaños, cumplo 15. Como estoy con la menstruacción, yo no hago el Ramadán todavía. Después, tienes que devolver los días», explica la hija, Wesal. Sobre el coronavirus, dijo que «un poco de miedo sí que hay, pero le pedimos a Dios que nos ayude».

«Hay que tomarlo con resignación y paciencia», considera Jawad Romaili, abogado, que tiene claro que «en estos momentos, lo importante es la salud», por lo que aboga por «seguir respetando las normas y hacer uso de las tecnologías para comunicarnos con nuestros seres queridos y cumplir con los preceptos del Ramadán».