Los hospitales murcianos se van preparando para retomar la actividad asistencial después de un parón de seis semanas en el que sus agendas han quedado reducidas al mínimo, con la suspensión de la mayoría de las consultas. La pandemia de coronavirus ha hecho que la atención presencial diera paso a la atención telefónica, consultas a través del móvil con las que se han ido solventando los problemas menos graves y evitando así desplazamientos de pacientes a hospitales y centros de salud.

Ahora, con la reducción de los contagios y la inminente fase de desescalamiento del estado de alarma, los centros comenzarán a recuperar la atención presencial con pacientes prioritarios y a reforzar la atención a crónicos para evitar recaídas, enfermos a los que se ha estado haciendo seguimiento telefónico desde Atención Primaria.

Según los datos del Servicio Murciano de Salud (SMS), en la Región de Murcia hay unos 500.000 pacientes crónicos con enfermedades como diabetes, hipertensión, EPOC, anticoagulados o con cardiopatías, entre otras dolencias, así como unos 110.000 pacientes que toman más de cinco medicamentos al día y que necesitan un seguimiento más continuo. También por ellos el sistema está poniéndose de nuevo en marcha, para evitar que situaciones que se han convertido en crónicas puedan agravarse.

Desde el SMS indican que «los pacientes crónicos han seguido estando atendidos en estos momentos excepcionales, para lo que ha desempeñado un papel primordial la Atención Primaria que, para poder atender a estos pacientes con plenas garantías, ha cambiado el modelo de atención, incrementando las consultas telemáticas y telefónicas y atendiendo a quienes necesitan curas como siempre se ha venido haciendo».

Pero ahora se va un paso más allá y las áreas de salud ya están organizándose para recuperar la atención presencial de una forma más activa. Así, en el Hospital Santa Lucía de Cartagena (Área II) se han colocado carteles de prohibido sentarse en la mayoría de los asientos de las salas de espera de consultas externas «con el objetivo de ofrecer a los usuarios las medidas de seguridad y distanciamiento adecuado» en estos momentos.

Desde el Área II de Salud reconocen que «una de las mayores preocupaciones con el descenso de la pandemia es la atención al paciente crónico en Atención Primaria y el programa de desescalamiento que se va a hacer en hospitales y centros de salud», una de «las prioridades en las que estamos trabajando».

En el caso del Área VII de Salud (Reina Sofía), la subdirectora médica de Atención Primaria, Marina Tourné, explica que han dado la instrucción a los coordinadores y responsables de los equipos de Atención Primaria de que «deben empezar a llamar por teléfono a los pacientes con patologías crónicas y situaciones de mayor vulnerabilidad o mayores para tratar de hacer consultas telefónicas y valorar su estado de salud».

Tras estas llamadas y dependiendo de la situación que se encuentre cada profesional «quedará resuelta la consulta o habrá que citarle para ver presencialmente al paciente, bien sea en el centro de Atención Primaria o en el domicilio».

Así lo están haciendo también en el centro de salud de San Andrés, dependiente del Área I de Salud (Arrixaca), y donde están trabajando para organizar el desescalamiento para normalizar la situación. La médico de familia y coordinadora del centro de San Andrés, Isabel Sánchez, señala que «todos los crónicos están en el protocolo de seguimiento y se les llama por teléfono para controlar sus datos clínicos, intentando posponer las visitas presenciales para que no corran riesgos». Este centro no cuenta con consultorios periféricos, por lo que la plantilla se ha dividido en dos turnos que trabajan de forma presencial o en teletrabajo desde casa. «El equipo está funcionando al cien por cien y de momento no han sido necesarios refuerzos», afirma la doctora.