Fernando López Miras compareció ayer a petición propia en la Asamblea Regional para ofrecer el relato de actuaciones de su Gobierno para hacer frente a la crisis sanitaria que ha provocado el coronavirus. El presidente de la Comunidad presentó una detallada cronología, día por día, que comienza el 28 de enero, 46 días antes de decretarse el estado de alarma, y 40 días antes de que se detectara el primer positivo en la comunidad, el 8 de marzo.

Intentó remarcar durante todo su discurso que sus actuaciones fueron siempre previas a las del Gobierno central y se tomaron de forma temprana, como la petición a los médicos y sanitarios de no acudir a congresos (1 de marzo), la recomendación de suspender viajes de estudios (3 de marzo) y la suspensión de prácticas de estudiantes en centros sanitarios y hospitalarios (4 de marzo). También mencionó la limitación de visitas a las residencias de mayores y a personas hospitalizadas (5 de marzo) o la recomendación de teletrabajo a los empleados públicos (6 de marzo), todas antes de aparecer el primer positivo en la Región y de que la OMS declarase el coronavirus como una pandemia.

Recordó también cómo se tomaron algunas medidas «drásticas» antes de decretarse el estado de alarma el 14 de marzo, como la recomendación de suspender cualquier acto público o privado con más de 50 asistentes y el cierre de centros de mayores (11 de marzo), o el de los colegios (12 de marzo), así como la orden de confinamiento de todos los municipios costeros ante la afluencia de personas de otras autonomías.

Sin embargo, los grupos de la oposición centraron sus críticas en el silencio de López Miras en el Hemiciclo durante los más de cuarenta días en los que no ha comparecido.

El portavoz del Grupo Socialista, Diego Conesa, puso sobre la mesa el «nulo papel» que el presidente de la Comunidad ha querido dar a esta institución durante la pandemia. En el mismo sentido, el portavoz de Vox, Juan José Liarte, sorprendió afirmando que estaba de acuerdo con el PSOE en este punto. «Es desalentador que cuando se nos presenta una crisis lo primero que hagamos sea anular el funcionamiento de la Asamblea», dijo. La crítica más dura provino de la portavoz de Podemos, María Marín, que le echó en cara los«más de 40 días de desprecio a los mínimos estándares de una democracia representativa». Además, le acusó de haberse «escondido» de los portavoces.

Joaquín Segado, portavoz del grupo popular, recordó que fue el PSOE el que exigió el cierre de la Asamblea cuando estalló la pandemia. El presidente de la Comunidad, por su parte, afirmó que fue la Mesa del Parlamento la que decidió que compareciera ayer y no antes. «Yo respeto la separación de poderes y no opino sobre las decisiones que emanan de esta Cámara», aseguró. También señaló que él pidió comparecer cuando acabó la primera prórroga del estado de alarma. «Me han convocado 17 días después».

Especialmente duro fue con la portavoz morada, María Marín, de la que dijo que su discurso «asusta a cualquier demócrata».

Propuestas

Diego Conesa propuso a López Miras la creación de una comisión de estudio de la estrategia para hacer frente a las consecuencias económicas derivadas de la pandemia. «Se debe definir el plan a seguir, ratificarlo y establecer un seguimiento», aseguró, de cara a poder fiscalizar las actuaciones del Ejecutivo. El portavoz socialista aprovechó el momento para bajar de la tribuna y repartir a los miembros del PP un documento actualizado con una estrategia de recuperación que incluye hasta un centenar de puntos. López Miras señaló más tarde que uno de los problemas con los que se encuentran en el Gobierno para pactar con el PSOE es que éstos no dejan de «incorporar» propuestas después de haber llegado a un acuerdo. «Este es el quinto documento que nos hacen llegar desde el 9 de abril», afirmó.

Por otra parte, Conesa se ofreció a reclamar a Sánchez «todo lo necesario» para hacer frente a la crisis, pero con una condición: «Que construyamos juntos dicha reclamación, sin que la use usted para desgastar al Gobierno». En la misma línea que los socialistas, Marin propuso, «a pesar del ninguneo», la creación de una comisión parlamentaria «específica» que sustituya a las reuniones «tan poco transparentes» que se han mantenido hasta la fecha. La diputada de Podemos mostró la «voluntad de colaborar» pero insistió en la necesidad de hacerlo contando con «todos los partidos».