Una «chapuza», el Gobierno «nos toma el pelo», estas medidas son «fraudulentas». Las acciones que anunció poco después de las dos de la tarde de ayer el Gobierno de España para proceder al desconfinamiento paulatino de los más pequeños la próxima semana no gustaron a los padres y tampoco a los propios niños en la Región de Murcia. Lo aprobado por el Consejo de Ministros por la mañana destacaba que a partir del 27 de abril los menores de 14 años podrían salir de casa acompañados por un progenitor para acudir a algunas de las actividades que ya estaban autorizadas para los adultos: ir al supermercado, a la farmacia o a entidades bancarias.

La presión social y las fuertes críticas llegadas desde la oposición política y desde las comunidades científica y sanitaria obligaron al Gobierno a rectificar por la noche, tras transcurrir seis horas desde el primer anuncio. Finalmente, los menores de hasta 14 años podrán dar paseos con sus padres a partir del próximo domingo. En la Región, más de 250.000 niños se podrán beneficiar de esta decisión, según datos del INE.

El plan inicial del Gobierno tuvo el rechazo unánime tanto de padres como, por ejemplo, de los sanitarios. El jefe del servicio de Pediatría del hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia, Manuel Sánchez-Solís, fue tajante ayer con la decisión del Gobierno del desconfinamiento para los niños. En su opinión, los menores deberían poder dar un paseo pero no deberían exponerse al contagio por coronavirus más allá de sus casas: «No creo que sea una buena idea que acompañen (a los padres) al supermercado, farmacia, etc», señalaba en un mensaje en Twitter.

Desde la Asociación de Familias Numerosas de la Región de Murcia definían ayer las primeras medidas anunciadas por el Gobierno como «peligrosas, desafortunadas y nada prácticas». Su presidente Gonzalo Sánchez advertía de que los más pequeños pueden resultar «incontrolables» en un espacio cerrado como un supermercado. «No guardan la cola junto al padre, lo tocan todo, es más peligroso que te acompañen a que se queden en casa». Adelantaba que pocos padres harían 'uso' de ese permiso con sus hijos al considerarlo «desafortunado».

En casa de Aarón Sánchez, en pleno corazón de Murcia, su familia compuesta por trece personas, con once hijos con edades que van desde los 4 meses a los 13 años, agradecen una medida que permita dar paseos cortos y a poca distancia de su vivienda. Si el plan inicial se hubiera llevado a cabo, Aarón señala que sus hijos seguirían confinados: «No los pienso exponer a ese riesgo de llevarlos a sitios con alta posibilidad de contagios». Pide también que para los casos de familias numerosas pueda un padre acompañar a dos hijos y no uno solo a dar un paseo por la calle.

Misma opinión tienen en casa de Adolfo Cabadés y Cristina Alcántara, una pareja con cuatros hijos, residentes en la pedanía murciana de Cabezo de Torres, y que ayer mostraban su indignación tras escuchar la primera acción aprobada por el Gobierno. «Es una tomadura de pelo. Esperábamos poder salir al aire libre a dar un paseo corto, no más de 15 minutos y en un entorno seguro. No nos podemos exponer a este riesgo de que nos acompañen a comprar».

La psicóloga infantil Carmen Pérez Saussol remarca que, ante la idea inicial del Gobierno, «no se confía en el criterio de los padres. Estos no van a exponer a sus hijos a un riesgo innecesario». Sin embargo, sí señala que esta primera medida tomada podía responder al hecho de que los padres «tuvieran una misión, un sitio concreto a donde ir». La psicóloga subraya que «los niños tienen una gran capacidad de adaptación» y que incluso ellos sabrán decir si consideran oportuno acompañar a sus padres al supermercado. «Un hijo cree y siente a través de un padre, y si este le dice que no se pueden dar besos o abrazos, o tocar algo, ellos lo entienden y lo acatan».

Consultas para atender la salud mental de los padres

La primera semana de confinamiento fue como «una aventura», no preocupaba el aspecto económico y se trataba sobre todo de adaptarse a la situación. Con el paso de los días, las actitudes de las personas cambian y su salud mental se deteriora. Las consultas recibidas por la psicóloga Carmen Pérez, directora de CIO Centro Psicología, en las últimas semanas descubren una tendencia obsesiva y depresiva entre los pacientes que atiende.

«Qué va a pasar con los hijos, con el trabajo, con las relaciones sociales, con el futuro a fin de cuentas, es algo que está generando ansiedad en muchas personas». En el campo de la depresión, apunta Pérez que los pacientes entran en una «etapa de tristeza y añoranza» por un pasado que echan de menos. «Nos llaman personas que están generando obsesiones y aflora la ansiedad en ellas». Pone un ejemplo: «hay madres que han querido cumplir la espectativa de llevar a rajatabla los deberes, la casa, el deporte de sus hijos estas semanas y no han cumplido, y esto les genera una enorme ansiedad y estrés».