Francisco Pérez es junto con su hermano Juan Manuel, administrador de Pérez Cánovas, y sostiene con orgullo que los valores fundacionales de la empresa se han conservado a través de las generaciones y siguen orientando su actividad diaria. Confianza, seriedad, humanidad y cercanía son algunos de esos rasgos que fortalecen la identidad empresarial e inspiran su trabajo.

¿Cómo ha enfrentado la crisis sanitaria su empresa?

Esto nos ha llegado muy rápido y hay mucha incertidumbre, está por ver hasta qué punto los daños van a ser más o menos duros, pero la intención que tenemos los promotores es trabajar. En los últimos años, nos hemos especializado en primera residencia, y casi por completo en la Vivienda de Protección Oficial, y claro, eso te trae un cliente que hace esta inversión como primera necesidad. No es como una segunda residencia, o un tema turístico, que ahí siempre puede haber más inversión, esos sectores sí pueden verse ahora más resentidos.

El perfil de nuestro cliente es, por suerte, alguien que compra esa primera vivienda por necesidad, por lo general joven pero maduro, con una renta media, cuando ya ha asentado una estabilidad laboral y se ve con unos recursos y unos ahorros suficientes; no se trata de una actitud especuladora, o una inversión por si acaso. Una de las incertidumbre es saber hasta qué punto se va a resentir el mercado laboral, y si estos clientes, que los tenemos incluso como compradores, con reserva, podrían verse afectados en su puesto de trabajo, pero hasta hoy no tengo constancia de que se hayan dirigido a nuestras oficinas en este sentido.

¿Ninguna llamada para dar marcha atrás?

De momento no, sólo para solicitar información sobre si estamos trabajando, cómo estamos llevando el tema, pero ninguna llamada de un cliente que no desee continuar con su contrato, con su adquisición. Incluso hemos recibido cuatro o cinco solicitudes de información en pleno confinamiento, y se han enviado por correo electrónico, planos y precios; es decir, que existe la posibilidad de que materialice alguna reserva en pleno confinamiento.

¿En qué momento se encuentra el proyecto de la Costera Sur y cómo cree que le va afectar esta coyuntura?

Entregamos las cuatro primeras fases, cien viviendas donde la gente está viviendo. En las fases cinco y seis estamos en periodo de construcción con cerca del 95 por ciento vendido. Para estas fases es importante que la Administración Pública escuche las demandas de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de la Región de Murcia, APIRM, a la que pertenezco como miembro de la Junta Directiva. Ya se ha remitido un documento con un listado de demandas esenciales en cuanto a la agilización de los trámites administrativos (permisos, licencias), medidas de flexibilidad, acciones para promover el mercado de la vivienda y para mejorar la financiación de las empresas, entre otras.

Otro punto que nos preocupa es que se dejen de hacer con la regularidad deseable, las reuniones municipales de coordinación y decisión ejecutiva en las que se aprueban diversos asuntos de nuestro interés; se realizaban de manera presencial y puede que por la necesidad de hacerlas telemáticas se frenen; también hemos pedido que en caso de que se atasquen ciertos procedimientos se entienda el silencio administrativo como positivo en aquellos aspectos legalmente previstos. Además, debemos seguir impulsando la figura de la Declaración Responsable en todas tramitaciones donde sea posible.

¿En cuanto al resto de fases?

El resto de fases están en un 40 por ciento de reserva,con una señal mínima; están en la etapa de comercialización; lo cierto es que se ha trabajado mucho y bien en este proyecto, pero se ha visto beneficiado por muchos factores que van desde el tipo de vivienda a la zona geográfica privilegiada donde se ubica en cuanto a servicios, medio ambiente, y comunicaciones con Murcia a cinco minutos, y una conexión a Cartagena y a la costa regional muy rápida. Santo Ángel es hoy junto con Churra y Cabezo de Torres una de las zonas más cotizadas de la Región, la prueba es que aquí no hay nada de alquiler, y en cuanto a primera y segunda residencia hay mucha demanda; además, he de decir que Montevida, Profusa, están haciendo un buen trabajo. Desde que Mercadona instaló su centro aquí, Santo Ángel no ha dejado de crecer.

Hay algunos análisis que hablan de reducción de precios en este sector.

Aquí el margen de precios está muy estudiado. Tras la crisis de 2008, no hay tanta obra nueva donde elegir. Ten en cuenta que para una casa como ésta, que dispone de todos los avances y las medidas de seguridad más actualizadas, que puedes comprar y personalizar desde el primer minuto, en la que eliges todo, no se espera una depreciación; el ritmo comercial puede variar, podemos pasar de hablar con cinco o seis clientes al día, a hacerlo semanalmente, y puedes pensar en alguna estrategia comercial atractiva, de marketing, pero una bajada generalizada de los precios del 10% por ejemplo, eso ni se plantea.

¿El sector inmobiliario está hoy mejor preparado para afrontar la crisis?

Entiendo que está más preparado que nunca. Este sector ha estado demonizado durante mucho tiempo, pero hay que entender que el que ha superado las crisis anteriores, sobre todo la de 2008, es porque ha hecho las cosas bien, con responsabilidad y seriedad, es un superviviente que hoy sólo trabaja con proyectos viables y necesarios, muy alejados de la especulación. A mí me han ofrecido solares que no quiero ni regalados porque siempre pienso en el comprador, en la venta final. Los proyectos que se están haciendo es porque existe una demanda real, se están vendiendo. Este sector genera mucho trabajo y mucha riqueza. Si se buscan los proyectos que pueden salir a corto plazo, lo que la Administración debería hacer es volcarse con ellos para que se pongan en marcha lo antes posible; de hecho somos UNAI (proyecto prioritario y urgente) y eso debe empezar a notarse cuanto antes

La crisis ha puesto en el punto de mira la habitabilidad de nuestras casas.

El otro día leí en Twitter un comentario de un chico que aseguraba que era la última vez que vivía en una casa que no tuviera terraza. Uno de de nuestros aciertos es que siempre hemos trabajado en crear hogares demandados, y no ser una mera industria del ladrillo, sino una empresa que construye con unos valores muy asentados, de manera que el cliente reciba una casa con el máximo bienestar, con todos los servicios posibles.

Durante el boom inmobiliario, muchos trataron de rentabilizar al máximo las inversiones, pero nosotros siempre hemos tratado de hacer nuestras casas de tres dormitorios, con sus dos baños, con su terraza, con unos mínimos, y ahora el confinamiento lo ha puesto en valor: la importancia de tener un buen hogar, con las mejores condiciones de habitabilidad, y la Costera Sur reúne todos esos requisitos. En las 100 viviendas entregadas están llevando unos confinamientos relativamente soportables, dentro de la dificultad.

Todos los promotores y constructores están mirando de reojo a la banca.

Es cierto, es un factor importante que entra en juego: la financiación; hasta el momento los bancos estaban con dinero y con ganas de invertir en proyectos viables como el nuestro, y creo que van a seguir así. Cuando se hacen inversiones en este tipo de promociones, se mueve mucho dinero, y muchas empresas, como la nuestra, necesita la ayuda de la financiación bancaria; es el factor que puede determinar que no vayamos al ritmo que queremos ir. A día de hoy, por lo que sé, la sensación es que eso no va a faltar. Los plazos de entrega de las fases cinco y seis se sitúan en el primer semestre del año que viene, en la primavera de 2021, y ahí siguen. Tendemos a comparar esta crisis con las anteriores, pero los bancos no están ahora como estaban, financiado cosas irreales con tasaciones elevadas.

Notas personales

OBJETIVOS Cuando le preguntamos por su situación personal, Francisco Pérez, responde que «por suerte, tengo una casa grande, con jardín, pero los niños (de seis y cuatro años) siguen entre cuatro paredes, y son una bomba de energía; espero que pronto se den las condiciones para permitir que puedan salir, mientras tanto debemos llevarlo de la mejor manera posible. Mi mujer está embarazada y me viene una nena, ha sido la alegría de este confinamiento». «Este periodo es una prueba para todas las familias, y estoy seguro que para nosotros, que estamos bien, será un momento para aprender muchas lecciones y salir fortalecidos», asegura.

SOLIDARIDAD Pérez Cánovas ha querido aportar su granito de arena en la crisis, «no sabemos hacer mascarillas o gel hidroalcohólico, pero tenemos impresoras láser y con ellas estamos imprimiendo y entregando sin coste alguno las tareas escolares a las familias cercanas que lo necesitan; ya llevamos 30, y es una labor muy gratificante y agradecida».