La pandemia del coronavirus ha puesto patas arriba el sistema sanitario, obligando a sus responsables a reorganizar hospitales, consultas, quirófanos, Atención Primaria y puertas de Urgencia. Todo para intentar frenar una nueva enfermedad que ya se ha llevado más de 20.000 vidas en España, más de cien en la Región de Murcia, y que con total seguridad cambiará la forma de relacionarnos cuando el estado de alarma se levante.

Los sanitarios se han convertido en estas últimas semanas en verdaderos héroes, aunque a ellos no les guste que les llamen así, y han plantado cara a la Covid-19 para minimizar su impacto en la población y ralentizar el ritmo de contagio. En esta primera línea de combate también hay políticos y expolíticos murcianos, quienes ante esta emergencia sanitaria han dejado de lado esa faceta y se han volcado de lleno en la atención directa o la gestión sanitaria, profesionales que han dejado de mirar el reloj para luchar todos juntos, sin horario y sin mirar el color político del que tienen al lado para así intentar salir de esta situación que tiene paralizado al país.

Uno de estos políticos con bata blanca es José Antonio Serrano, jefe de Urgencias del Hospital Morales Meseguer y portavoz del Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Murcia, quien estos días está volcado en su faceta sanitaria y sólo le roba a esta unos minutos cuando tiene que participar en las reuniones del Comité de Salud del Consistorio de la capital. Serrano reconoce que «en momentos como este lo más importante es mi profesión de sanitario, aunque también la compagino con mi responsabilidad política aportando propuestas de mejora con las que avanzar, ayudar a las familias y recomponer los sectores que más están sufriendo».

La situación de la puerta de Urgencias del Morales Meseguer ha cambiado mucho en estas semanas, la atención no es igual hoy que en los primeros días de la alerta sanitaria, momentos en los que llegaban muchos casos de pacientes con problemas respiratorios, lo que llevó a que se llenara la UCI (la primera de la Región en quedarse sin camas libres), y «existía desconocimiento entre los profesionales sobre cómo actuar o atender estos casos», afirma Serrano, quien insiste en que «el mayor miedo que teníamos era a quedarnos sin respiradores para atender a la población».

Ahora, el descenso de casos de problemas respiratorios en Urgencias ha permitido desplazar a parte del personal a las zonas limpias, donde ha aumentado la actividad por patologías comunes, «aunque esto puede ir cambiando».

El jefe de Urgencias del Morales Meseguer sostiene que en esta lucha «hay que intentar que se nos vayan las menos vidas posibles» y cree muy necesario sacar lecciones de esta situación, como la necesidad imperiosa de «reforzar la Sanidad pública, que es la que está combatiendo esta epidemia con todas sus fuerzas».

En este mismo centro sanitario encontramos también a Andrés Carrillo, gerente del hospital y del Área VI Vega Media del Segura y exconsejero de Hacienda del Gobierno regional. Su área es la que más presión ha soportado en las primeras semanas de la pandemia y explica que «han sido días muy complicados en los que hemos tenido que adaptarnos a una situación desconocida y difícil». Con cautela afirma que ahora la sensación es buena porque los casos se están estabilizando y la situación de la Región de Murcia no es la que se ha vivido en otras comunidades autónomas «gracias a que se ha seguido una estrategia muy clara desde el principio».

La situación de la UCI del Morales en los primeros días hizo temer lo peor: se llenaron las camas, se habilitó la zona de Reanimación y quirófanos, se pidieron los permisos de forma urgente para hacer uso de una planta del nuevo Hospital Oncohematológico y poder probar las tomas de oxígeno por si era necesario utilizarlo. «Una situación que también nos ha servido para poner a prueba el nuevo edificio», apunta el gerente del Área VI.

El trabajo en el hospital ha cambiado mucho en estos días, pero Andrés Carrillo destaca la transformación en la forma de atender y el esfuerzo que están llevando a cabo los profesionales de Atención Primaria. En este caso, explica que «en Primaria el coronavirus ha supuesto un cambio total, hemos puesto a médicos, enfermeros y demás profesionales a trabajar en el control domiciliario de los pacientes y éstos han sentido confianza en ellos, lo que ha hecho que no fueran corriendo al hospital y no lo colapsaran. El trabajo de Atención Primaria ha permitido digerir los contagios».

Reconoce que no hay dos días iguales porque la situación es muy cambiante y se van tomando decisiones sobre la marcha. Se muestra preocupado por cómo habrá que ponerse al día con los pacientes, con los crónicos, las consultas y las operaciones que no se han ido haciendo en este tiempo. «Todo esto va a cambiar la forma de trabajar», advierte.

Pese a todo, Andrés Carrillo se siente «orgulloso» de estar ayudando desde su responsabilidad en estos momentos a la sociedad murciana y se muestra agradecido por las innumerables muestras de solidaridad y donaciones que llegan cada día al Hospital Morales Meseguer.

Si la Atención Primaria está siendo la verdadera barrera de contención del coronavirus uno de los soldados que está en el campo de batalla es Begoña García Retegui, miembro de la dirección federal del PSOE y exconcejala en el Ayuntamiento de Murcia. García Retegui es médico de familia en el consultorio de Patiño, aunque desde mediados del mes de marzo pasa consulta alternando los días entre el Centro de Salud Murcia Sur y su casa.

En la entrada de este centro de salud se ha establecido un punto de triaje en el que un fisioterapeuta y una enfermera se encargan de clasificar a los enfermos que llegan con síntomas respiratorios y les dan mascarillas. «Aunque las agendas siguen abiertas y los pacientes pueden coger cita, intentamos resolver la mayoría de los casos por teléfono» explica García Retegui, quien lleva trabajando sin descanso desde el 9 de marzo, ya que las consultas de seguimiento a los pacientes sospechosos se hacen de lunes a domingo, «hay que llamarles todos los días». Y aunque su horario es de mañanas, por la tarde sigue pendiente del correo desde casa por si recibe el resultado de alguna prueba que han pedido desde el hospital y así poder avisar a los pacientes del resultado. Esta médico de familia reconoce que en los primeros días bajaron mucho las consultas, «pero han vuelto a crecer y cada vez tenemos más agenda, a la que se suman los seguimientos telefónicos, los pacientes que vuelven de alta a casa y la tramitación de partes de baja y alta». Un trabajo para verdaderos titanes.

El papel de la enfermería también está siendo fundamental en esta lucha y entre estos profesionales se encuentra el exdiputado regional y exconcejal del Ayuntamiento de Murcia Javier Iniesta, actualmente director de Enfermería del Área I de salud y del Hospital Virgen de la Arrixaca. Iniesta afirma que «están siendo días muy intensos de planificar, organizar recursos y necesidades», a lo que se ha unido su inquietud como padre, ya que tenía a una de sus hijas en Argentina, quien pudo regresar hace unos días. En el caso de la Arrixaca cree que «hemos actuado bien porque desde el minuto 1 sacamos del hospital a los estudiantes, familiares y pacientes menos graves. Además de establecer turnos de trabajo de 12 horas para exponer menos a nuestros profesionales y creamos la figura del retén por si había que abrir nuevas unidades en el plazo de horas». Pese al tremendo esfuerzo dice que «no somos héroes, sólo luchadores».