Proexport, la asociación de exportadores de lechuga, tomate y otras hortalizas, teme que la celebración del Ramadán acentúe los problemas que plantea la falta de mano de obra que afrontan las empresas a consecuencia de las restricciones impuestas por el estado de alerta y pide que se les permita alargar la jornada laboral. El presidente de Proexport, Juan Marín, calcula en este momento se está quedando en su casa el 30% de las personas que trabajan en la agricultura y en los almacenes de envasado y manipulado, debido al miedo contagio del coronavirus y a las dificultades que origina el cierre de los colegios y guarderías para las familias que tienen hijos pequeños. También las cooperativas agrarias han mostrado su preocupación las dificultades que plantea la campaña que ahora se inicia.

Las asociaciones empresariales y las organizaciones agrarias están a la espera de que el Ministerio de Agricultura y la Comunidad permitan ampliar la jornada de trabajo en el campo para poder mantener la producción, lo que provoca los redel sindicato Redes, que ha mostrado su preocupación ante la posibilidad de que se produzcan «situaciones de abuso».

Los exportadores temen que el inicio del Ramadán, que comienza hacia el 24 de abril y dura un mes aproximadamente, desanime a los trabajadores de origen magrebí, el colectivo más numeroso en el campo, que tendrán que sumar a las limitaciones impuestas por el confinamiento y los problemas de movilidad las obligaciones que comporta la celebración religiosa, entre las cuales se incluye «el ayuno desde la mañana hasta que llega la noche». Juan Marín explicó que si las empresas no tienen suficientes trabajadores para sacar adelante las campañas de recolección, «no llegarán los tomates, las lechugas o los melocotones», por lo que considera que existe el riesgo de que llegara a producirse «una alerta alimentaria», si no es posible seguir abasteciendo a los mercados tal y como ha venido haciéndose hasta ahora.

El presidente de Proexport pide para la agricultura el mismo trato que se está dando a las empresas del transporte, a las que también se les ha levantado algunas de las limitaciones a las que están sometidas los horarios de los conductores, como los tiempos obligatorios de descanso.

La Comunidad está tratando de buscar fórmulas para flexibilizar la jornada de trabajo del sector agrario para adaptarla a «las exigencias del mercado» ante la crisis del coronavirus, según indicó la portavoz del Ejecutivo regional, Ana Martínez Vidal, tras el Consejo de Gobierno. También el Ministerio de Agricultura se ha comprometido dar facilidades a la movilidad, que está limitada ahora por el estado de alerta.