Con solamente tres años de vida, MG Jackets se había convertido en una empresa de referencia en el sector del aislamiento industrial y naval. Pese a que ahora se han cancelado los trabajos que tenían previstos y la incertidumbre pende sobre todo el sector y sobre su futuro empresarial, el gerente, Javier Moreno, junto con su hermano Javier, no han dudado en formar parte de ese movimiento solidario que ha atravesado el país para luchar contra el coronavirus.

¿Qué os ha impulsado a confeccionar mascarillas?

Por las noticias, por la prensa, por las redes sociales, te enteras de que hay personas de la tercera edad, jubilados, haciendo cosas, y nosotros que tenemos los medios, que estamos acostumbrados a trabajar con las máquinas no podíamos mirar a otro lado; hemos tenido que reconvertir temporalmente un poco la producción, pero la base la teníamos, por lo que no ha sido muy difícil.

Desde el mismo día en que se decretó el estado de alarma en España, nos pusimos en contacto con proveedores, y hasta hoy. Entregamos 500 mascarillas la semana pasada y esperamos poder hacer más de 2.000 esta semana y otras 2.000 la siguiente. Al final haremos entre 4.000 y 5.000, no sé si será mucho, pero es todo lo que podemos hacer.

¿Trabajáis en el sector del aislamiento industrial y naval no?

Sí, pero especializados en textiles de altas temperaturas, y al final nuestro fundamento es la costura; coser a nivel industrial, al final es lo mismo. Hemos parado desde la semana pasada la empresa para este objetivo, también esta semana y quizá la siguiente. En vez de tener a la gente en casa, estamos aquí jugándonos un poco la salud y la de nuestra familia. Somos nueve empleados, y todos queremos estar aquí haciendo lo que hacemos.

¿Cuáles fueron los primeros pasos?

El lunes y martes de la semana pasada limpiamos la nave y las máquinas, colocamos lonas en las mesas, y el miércoles de esa semana llegó el material; ese mismo día preparamos las plantillas, los modelos para tener los patrones, y ya el jueves empezamos a producir. Cada día podemos fabricar entre 400 y 500. El viernes de la semana pasada llevamos 100 a la Guardia Civil, que nos decían que estaban, palabras textuales, desabastecidos. Y algo similar ocurre con la Policía Nacional. Los chavales de Ávila (donde se ubica la Escuela Nacional de Policía) han creado unos parches solidarios para financiar el material protector que necesitan. No esperaba estos niveles de desidia, en cuanto a nuestra capacidad pública de proveer material protector en pleno siglo XXI...

Hemos dado un paso al frente con la esperanza de que el resto de miembros de la FREMM arranquen; quizá en el sector del metal pueden ayudar menos que otros, pero todos en mayor o en menor medida podemos aportar: comprando material para donarlo, proporcionando vehículos para la logística... Cualquier empresa puede ayudar; un rollo de 100 metros cuadrados del material con el que hacemos las mascarillas cuesta unos 60 euros, y con eso salen muchísimas mascarillas.

¿Qué material utilizáis?

Se llama TNT, tejido no tejido, de polipropileno; no se teje, es apelmazado, es impermeable, transpirable, es poroso por lo que se puede esterilizar y por tanto reutilizar, y esa misma porosidad hace de filtro. No hemos tenido problema para conseguirlo; tenemos una empresa en Molina de Segura que lo fabrica y están autorizados a seguir trabajando.

Además de a la Guardia Civil, ¿a qué otras entidades estáis repartiendo material?

A la Policía Nacional, al Hospital Los Arcos y al servicio de Urgencias del Hospital Santa Lucía; allí nos recibieron medio llorando; recuerdo a una enfermera veterana, quería hacerse una foto conmigo, emocionada... a mí se me encoge el corazón viendo eso, yo no puedo quedarme en mi casa sabiendo que puedo echar una mano. Tengo compañeros guardias civiles, policías nacionales y locales que lo están pasando mal; lo tenía claro: vamos a arrimar el hombro.

En mi pueblo (Canteras) he dejado varias muestras. Sé que algunas asociaciones de mujeres de la zona oeste de Cartagena están haciendo mascarillas, y en diputaciones o pedanías colindantes, para las residencias de la tercera edad que hay por la zona, por lo que yo me he centrado en el sector sanitario y en nuestras fuerzas y cuerpos de seguridad, que son los que están en el frente, en primera línea de batalla. Según tengo entendido, la Policía Local sí dispone del suficiente material protector.

En cuanto a vuestro futuro como empresa...

No lo sé, con el corazón en la mano. No lo sé. Nadie lo sabe. No puedo parar la actividad, no puedo acogerme a un ERTE, si mañana nos llaman para hacer un trabajo grande y lo facturo, me meten una multa. Prefiero no cogerlo y aguantar hasta que podamos, y cuando no podamos, que Dios nos coja confesados, pero, en fin, vamos a morir con las botas puestas. Si hay que morir, moriremos haciendo mascarillas.

¿Vuestra actividad habitual ha cesado completamente?

Estamos en funciones de retén, hemos recogido a la gente que teníamos fuera y hemos terminado los trabajos más urgentes, aunque dependemos del sector industrial y del transporte marítimo, y si nos llaman porque un ferry está roto y no puede alcanzar las islas, como ha ocurrido, tenemos que responder. La semana pasada estuvimos en Valencia trabajando cerca de un mes; no podemos decir que no. Si a un barco de pesca se le ha roto una pieza, tenemos que ir y arreglarlo porque si no lo hacemos esa embarcación no puede salir a pescar; si hay que actuar en un ferry para que pueda llegar el abastecimiento desde la península a las Islas Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla, tenemos que hacerlo.

No podemos dejar a la gente tirada; también hablamos de Salvamento Marítimo, de las embarcaciones de la Guardia Civil, de la Marina, es decir, operamos en un sector estratégico.

Habéis hecho un pequeño vídeo de vuestra acción solidaria.

Llevamos en FREMM poco tiempo, de hecho nuestra empresa se fundó hace sólo tres años, en octubre de 2017. En el sector, tenemos cierta relación. Bueno, pues surgió la idea, se lo comenté a Tomas Martínez Pagán (presidente de la Asociación de Mantenimiento Industrial y Naval de la Región de Murcia, AEMIN), y al secretario general de la FREMM, Andrés Sánchez, y la acogieron muy bien. Y ellos han sido los que han movido el tema en redes, promoviéndolo.

Fue Tomás Martínez el que sugirió que hiciéramos un vídeo y que nos pusiéramos un poco como imagen de la FREMM en esto para intentar que otros socios se apuntaran. Aunque debo decir que no me gustó la idea al principio porque no queríamos ser protagonistas. No, no hago postureo de las entregas que realizamos, ni nos hacemos fotos; nuestro trabajo no está abierto al público, no necesito eso; pero si logramos con ese vídeo o esta entrevista despertar la conciencia de otro y crear una cadena, bienvenido sea; por eso lo hago.

¿Cómo valoras el comportamiento del tejido empresarial ante la crisis?

Tengo sentimientos encontrados. Aquí en Cartagena varias empresas están comprando material, pero teniendo a Repsol, Enagás y otras... que se hayan puesto en marcha agarrados al vagón de cola.... No sé, esos gestos hacen que las personas se vistan por los pies. Además, son empresas que les interesa limpiar un poco su nombre por lo que contaminan. El pequeño comercio y la pequeña empresa han hecho más que todos los demás juntos.

¿Le gustaría lanzar un mensaje a los empresarios que pueden y todavía no han dado el paso de ayudar?

Esto es Fuenteovejuna, o lo sacamos nosotros o no lo sacamos. Me refiero al pueblo llano. Entre todos, poniendo cada uno de su parte, podemos llegar a una solución; si somos muchos aportando un poco, dentro de nuestras posibilidades, tenemos una oportunidad y el desastre será menor.