­

Pedro Miguel Ruiz Martínez es el vicerrector de Estrategia y Universidad Digital de la Universidad de Murcia. La misión principal de su vicerrectorado es abordar de forma estratégica el proceso de transformación digital en diferentes ámbitos de la Universidad de Murcia. Con motivo del confinamiento al que está sometida la ciudadanía por la pandemia COVID-19, las universidades y centros de enseñanza han tenido que adaptar su actividad al modo online en unos pocos días para poder seguir con las enseñanzas.

¿Qué plataforma para la docencia virtual utiliza la Universidad de Murcia? ¿Llevan mucho tiempo con esta infraestructura? ¿Existe un grupo de trabajo específico para su mantenimiento?

La Universidad de Murcia (UMU) lleva diez años usando la plataforma Sakai, un proyecto colaborativo de código abierto coordinado por la fundación Apereo que, aunque no es muy usado a nivel nacional, si que cuenta con una cantidad muy importante de universidades que la usan por medio mundo, algunas de ellas tan prestigiosas como Duke, Georgia Tech, Virginia, Stanford y el MIT. En la UMU existe un grupo de trabajo dentro del área de tecnologías (ATICA) que trabaja en coordinación con otras unidades y servicios para dar soporte a la comunidad universitaria. Nuestro compañero Juan José Meroño, responsable de este equipo es miembro del Sakai Management Board, el órgano responsable de la vigilancia estratégica del proyecto Sakai a nivel mundial.

¿Cuál es el uso habitual de esta plataforma en su institución? ¿Estaba el profesorado de la universidad familiarizado con la misma?

La Universidad de Murcia es una universidad presencial, donde el contacto con el estudiante es un activo fundamental y estas herramientas se utilizan como un apoyo a esa docencia presencial. No obstante, estamos hablando de un sistema ya bastante asentado y de uso generalizado. La plataforma integra herramientas distintas (recursos, mensajes, chats, videoapuntes, videoconferencia, exámenes, etc.) y si que es cierto que hemos notado un aumento generalizado en el número de visitas y en el patrón de uso de las distintas herramientas. Así por ejemplo, algunas herramientas de comunicación en distancia totalmente remota, que antes tenían un uso algo más reducido como la videoconferencia, los mensajes o el chat, han experimentado un crecimiento muy grande.

¿Qué medidas han puesto en marcha y qué procedimientos han implementado desde ATICA para "poner a punto" esta plataforma a causa de la pandemia COVID-19?

Como resultado de un análisis previo al diseño del plan de contingencia de los sistemas y servicios TIC, identificamos como necesidad hacer un seguimiento minucioso del rendimiento de la plataforma en todo momento y estar preparados para, en caso necesario, destinar recursos de cómputo de otros servicios (por ejemplo, las aulas de ordenadores de estudiantes que iban a dejar de usarse), a la ampliación de los nodos dedicados al aula virtual. En todo este periodo hemos duplicado la capacidad pasando de 6 a 12 nodos. También identificamos que la herramienta anterior de videoconferencia no podría escalar bien a un aumento exponencial en el número de usuarios, por lo que se procedió a su sustitución preventiva en tiempo récord por una nueva solución en la nube que soportase miles de conexiones concurrentes.

¿Han necesitado apoyo externo o estos desarrollos lo ha llevado a cabo la Universidad de Murcia?

La verdad es que esta situación ha demostrado que los esfuerzos desarrollados en planificar y gestionar adecuadamente las TIC han merecido la pena. Pero sobre todo, debemos destacar el gran nivel de implicación y la gran profesionalidad de todo el personal de ÁTICA y nuestra empresa de medio propio TICARUM. Su predisposición ha permitido contar con la agilidad y flexibilidad necesarias para adaptar con nuestros medios propios toda la operación a las nuevas condiciones.

En términos cuantitativos, ¿cómo ha sido este proceso de cambio?, ¿cuánto ha aumentado el uso de la plataforma?, ¿han tenido algún problema de sobrecarga?

La verdad es que la carga ha crecido muchísimo, pero gracias a las actuaciones implementadas en la gestión de la capacidad de cómputo, monitorización y demás, hemos sido capaces de soportar ese incremento sin que el usuario haya sufrido problemas de sobrecarga. Por dar algunos datos, el número de visitas diarias a páginas del aula virtual, que en periodos de uso intensivo podía estar en torno a las 300.000, ha estado algunos días a punto de llegar a las 750.000. Y en el uso de la videoconferencia, hemos pasado de un uso testimonial, a impartir a diario más de 600 sesiones con una participación diaria de unos 14.000 asistentes. Todo ello sin contar también la gran cantidad de accesos a vídeos de clases grabadas. Sin duda un verdadero reto del que salimos reforzados como institución.

En términos más cualitativos, ¿tienen datos de cómo ha reaccionado la comunidad universitaria ante este inopinado cambio de paradigma docente?

Tanto en términos cualitativos como cuantitativos, la comunidad universitaria ha mostrado un gran compromiso haciendo un gran esfuerzo de adaptación, también en tiempo récord y cada cual en la medida de sus posibilidades, a esta nueva realidad. El número de mensajes de agradecimiento de profesores y estudiantes con las herramientas que hemos habilitado ha sido abrumador. Esto, sin duda alguna, nos confiere mucho ánimo para proseguir con la tarea en esta situación tan complicada.

¿Cree que fruto de esta experiencia la Universidad de Murcia terminará siendo algo más online?

Yo estoy convencido que de este periodo convulso saldremos mucho mejor preparados y concienciados para afrontar los retos trazados en nuestra Estrategia Digital, especialmente en la formación a distancia. Creo que no debemos renunciar a nuestra esencia y tradición institucional, pero si estoy convencido que avanzaremos en la misión de sacar el máximo partido a la tecnología para dar respuesta a las expectativas formativas de la sociedad digital en la que vivimos.