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La formación online ha experimentado un importante aumento en los últimos años en España. Cada vez son más las personas que apuestan por esta modalidad de estudio por las numerosas ventajas que esta ofrece. Desde la adaptabilidad, innovación, conciliación laboral y familiar, hasta el ahorro económico y de tiempo, entre otros muchos beneficios.

Este tipo de formación se convierte en una herramienta especialmente útil para todas aquellas personas que quieran desarrollarse como profesionales y poder acceder al mercado laboral con garantías de éxito. Gracias a la evolución tecnológica, en cualquier momento y lugar, el alumno puede acceder a un sinfín de conocimientos a un solo clic.

La crisis sanitaria que estamos viviendo está provocando que algunas innovaciones, de numerosos ámbitos, que llevaban un ritmo de implementación muy modesto hayan irrumpido de golpe.

Lo hemos visto con el teletrabajo, por ejemplo, que a pesar de sus muchas virtudes, apenas estaba siendo considerado por parte de las empresas. O las plataformas de formación online, que aunque sí estaban ya utilizándose, con el cierre de los centros educativos se han convertido en indispensables.

Por tanto, y llegados a este punto, es posible que la clase del futuro no se parezca mucho a las de hoy día, y es que podrían estar marcadas por tres aspectos.

Por un lado, la inmersión, que es la característica más determinante de esta tecnología. Por otro, la implicación que conlleva poder vivir situaciones en las que las reacciones a nuestras acciones tienen lugar en tiempo real, lo que nos involucra en la experiencia de una forma única.

Y, por último, la sensación de experiencia, ya que sentiremos lo vivido como un recuerdo o una experiencia de algo real.

Así, el futuro de la formación online se presenta prometedor. Solo queda saber si será esta crisis sanitaria global el detonante de un crecimiento hasta ahora muy modesto o si, por lo contrario, habrá que seguir esperando.