La presidenta de la Asociación de Empresas Funerarias de la Región, Natalia Planes, insistió en que, a la hora de trabajar, siguen unos «protocolos bien marcados» y que en la provincia «no hay una avalancha de difuntos» por coronavirus, sino que «las defunciones están muy controladas».

Remarcó que «de momento, no tenemos conocimiento de que haya una empresa funeraria de la Región que no tenga equipos de protección». Planes hizo estas declaraciones a propósito de las afirmaciones del presidente de la Asociación de Profesionales de Servicios Funerarios de la Región (Aproserfu), Julio César Martínez, quien aseguró que muchos profesionales del sector «lavan con lejía los guantes para volver a utilizarlos», dado que les falta material con el que trabajar.

Asimismo, Planes aseguró que en la asociación que preside trabajan mano a mano con la Consejería de Salud desde el comienzo de la epidemia, pues desde el departamento de Manuel Villegas «están contando con nosotros desde el primer momento, nos han tenido informados desde el minuto cero».

Preguntado por qué le parece que a la Región lleguen cadáveres de otras autonomías, para ser cremados, el consejero de Salud afirmó ayer en su comparecencia diaria que lo aprueba, ya que «igual que somos solidarios para recibir a pacientes de otras regiones», profesionales de las funerarias de la comunidad murciana pueden ayudar a sus colegas que no dan abasto, como les pasa a los de Madrid.

«Vamos todos un poco a trompicones porque no sabemos cómo actúa este virus, así que actuamos sobre la marcha», explicaba el miércoles a esta redacción el citado Julio César Martínez, que detalla que una veintena de cadáveres procedentes de Madrid están en funerarias murcianas, porque en la capital de España no caben.

«Aunque utilicen el Palacio de Hielo como morgue, el volumen es muy grande», comenta al respecto. La idea es «poder conservar» los cuerpos en cámaras de la comunidad murciana, donde «el volumen no es tan grande».

Estos cadáveres, indica el presidente de Aproserfu, serán incinerados en la Región y lo que se mandará a Madrid de nuevo serán ya las cenizas. Estas personas no tendrán velatorio ni misa: se han prohibido por los riesgos.

Vehículo funerario, a punto de llegar al camposanto de Cartagena. Iván Urquízar

Además, profesionales funerarios de Murcia se han trasladado a la capital de España para echar una mano a sus colegas de allí, desbordados por la cantidad de muertos que deja el coronavirus.

Estos profesionales se sienten «en el ojo del huracán» y, aunque son conscientes de que «lo que más urge» es proteger «al personal sanitario de los hospitales», querrían que en la Consejería de Salud se acordasen «de nosotros, que somos el último eslabón de esta cadena» cuando un caso acaba en defunción. Por contra, en Asociación de Empresas Funerarias de la Región insisten en que la colaboración con Salud es total.