En apenas 8 o 10 días la campaña de recogida y manipulación de la fruta de hueso comenzará en comarcas como la Vega Alta donde ya se están preparando para hacer frente a una cantidad ingente de trabajo y, por otro lado, para tomar las medidas adecuadas de seguridad y prevención y evitar así contagios por coronavirus. Desde Asaja piden a las cooperativas agrarias que desinfecten los almacenes y salas de manipulado con ozono para procurar «un ambiente inocuo» entre los trabajadores.

El problema para esta campaña, más allá de una posible falta de mano de obra como apuntan desde las organizaciones agrarias, está en las medidas de prevención que se deban tomar en la fase de manipulado de alimentos. La distancia de seguridad entre empleados en torno a una cinta transportadora deberá ser mayor. «Si donde antes había 10 personas tratando la fruta que se transporta por las cintas en las cooperativas, ahora deberán estar la mitad y las cintas ir a menos velocidad, y eso incrementará las jornadas de trabajo y por consiguiente los costes de manipulación», remarca Esperanza Ramírez, vicepresidenta de Coag Cieza. Otro problema dentro de la fase de manipulado está en que si una persona presenta síntomas por el Covid-19, todas los compañeros tanto de esa cinta transportadora como de su entorno a dos metros de distancia se deberán poner en cuarentena.

En el transporte de las plantillas también surge un inconveniente, ya que las cooperativas tendrán que invertir en más viajes de autobús para trasladar a sus trabajadores, que deberán guardar la distancia de seguridad dentro de los autocares. En los coches lo mismo, ya que solo se permiten dos por turismo y tres en furgoneta.