Los comercios de alimentación de Cartagena abrieron de nuevo ayer domingo tras la rectificación del Gobierno regional de la orden que limitaba su apertura los festivos durante el confinamiento de los lugares turísticos, entre los que se encuentra la ciudad portuaria.

María del Mar Andreu, propietaria de un pequeño supermercado que regenta junto a su hija y su hermana en la calle Cañón, asegura sentirse satisfecha con esta decisión puesto que según la comerciante «si cerramos los domingos es peor. El lunes viene mucha más gente y ahí es cuando ponemos a la población en peligro porque puede haber aglomeraciones o colas», añadiendo que «fue lo que pasó la semana pasada cuando cerramos».

Sin embargo, los clientes del supermercado, como Verónica Levy, coinciden en que a pesar de «venirles muy bien», entienden que «los empleados necesitan descansar», a lo que Nacho Conesa añade que «tiene que ser agotador trabajar de lunes a domingo» y reclama «un día para que descansen». También la panadera Ana Martínez, propietaria de un establecimiento en Carmen Conde, que en medio de su reparto a domicilio explicaba que «no hay necesidad de abrir los domingos, ni siquiera las panaderías a pesar de considerarse de primera necesidad», y aclaraba que «la gente puede comprar dos barras de pan el sábado y aguantar hasta el lunes».

Sin embargo, Antonio González, propietario de una frutería en la calle Ramón y Cajal, agradece que se pueda abrir el domingo: «Tengo mucho trabajo y aunque no abra de cara al público tengo que venir para reponer y preparar el género», asevera, añadiendo que «por restricciones de espacio y seguridad no puedo meter a más de un trabajador». González explica que tiene clientes «todos los días» y acuden al local «en línea constante». Aún así, el propietario afirma que desde su comercio fomentan la compra a domicilio y pide a sus clientes «que llamen por teléfono o nos escriban por redes sociales» con la intención de que «al local entre el menor número de gente posible».

No obstante, son muchos los establecimientos comerciales que prefirieron permanecer cerrados durante el día de ayer, entre ellos los supermercados de la calle Mayor y Carlos III, así como la mayoría de fruterías próximas al casco histórico.

El Ayuntamiento de Cieza también pide que no se amplíen los días de apertura

A pesar de la orden emitida por la Consejería de Empresa, Industria y Portavocía hace una semana y media que restringía la apertura de las tiendas de alimentación durante el estado de alarma en las zonas turísticas de la Región, la Comunidad Autónoma se vio obligada a publicar una nueva orden en el Boletín Oficial de la Región del jueves autorizando nuevamente la apertura de los supermercados, puesto que el Gobierno central recriminó al regional que esa decisión estaba fuera de sus competencias durante el estado de alarma.

A las quejas del Gobierno regional se ha sumado el Ayuntamiento de Cieza, cuya concejal responsable del área en el municipio, María Jesús López, ha solicitado a los comerciantes de aquellos negocios que pueden permanecer abiertos, que sigan manteniendo los horarios más restrictivos que existían antes de la modificación. Consciente de que no son competencias municipales, sí que se quiere hacer un llamamiento a los comercios para que limiten su horario como hasta la fecha.

«Estamos ante una situación excepcional muy grave que requiere la implicación de todos», ha afirmado, añadiendo que «los ciudadanos podemos adaptarnos a los horarios impuestos, antes de la modificación, siendo el de cierre a las 20.00 horas y recomendación a las 19.00 horas y, así, evitamos riesgo para los propios comerciantes y para las personas que vayan a los mismos».

También se opusieron el alcalde de San Javier, José Miguel Luengo, y la alcaldesa de Águilas, Mari Carmen Moreno, quien solicitó a los Gobiernos que «alcancen un acuerdo para dictar las órdenes o resoluciones necesarias que impidan la apertura de los supermercados los domingos y festivos en las zonas de gran afluencia turística, como Águilas, durante el periodo que dure el estado de alarma».