En la Región de Murcia, total de 104 internos en régimen abierto pasan el obligatorio confinamiento en sus casas. Se trata de personas que en su día fueron condenadas, pero que, en estos momentos, se encuentran en régimen de tercer grado, y cuya buena evolución ha dado lugar a que puedan pasar el confinamiento por coronavirus en su domicilio.

Tal y como explicaron desde Instituciones Penitenciarias, antes de que se decretase el estado de alarma como consecuencia de la pandemia, había en la provincia ya 86 personas en esta circunstancia: dormían en sus propias viviendas y contaban con un control telemático. A día de hoy, ya son 18 internos más los que se suman, con lo que hacen un total de 104. Desde Instituciones Penitenciarias remarcan que el hecho de que estas personas puedan pernoctar en sus domicilios es una decisión de cada Junta de Tratamiento, en este caso del Centro de Inserción Social (CIS) Guillermo Miranda, ubicado junto a la prisión de Sangonera.

La mayoría de estos internos están 'vigilados' por pulseras telemáticas, aunque algunos de ellos, al no disponer todavía de este dispositivo, serán controlados vía telefónica, indican desde Instituciones Penitenciarias.

Ahora estos internos duermen los siete días de la semana en sus casas, de donde, al igual que el resto de la población, no pueden salir, a lo ser que sea por motivos de fuerza mayor. Se trata de personas que tienen buen pronóstico, por lo cual se considera que salir del centro es una medida positiva para su reinserción y, además, tienen un domicilio en condiciones para pasar el confinamiento. Estas personas, además, suelen tener un puesto de trabajo, por lo que su reinsercción social va encaminada.

Por otro lado, funcionarios de prisiones explicaron que Interior ha comprado teléfonos inteligentes, los cuales se irán repartiendo por todos los penales de España. Son para que los presos hagan videollamadas de Whatsapp, con la idea de que estas suplan, en la medida de lo posible, a la suspensión de los vis a vis y de las visitas por locutorio.

Esta suspensión responde a la necesidad de proteger la salud tanto de los presos como de los trabajadores, para que, mientras dure el estado de alarma, se entre y se salga del penal lo menos posible, apuntan los funcionarios.

Funcionarios en cuarentena

Una mascarilla quirúrgica y guantes de látex. Los dan para todo el turno de trabajo, de tres días, previa firma ante un superior. Así son los equipos que se están suministrando a los funcionarios de las prisiones de la Región. Equipos que se empezaron a repartir, después de denunciar los trabajadores que no los tenían.

El secretario de Organización Nacional de Acaip, Fran Mauri, insiste en que «pedimos más medios, más protección, que se nos hagan los tests de manera inmediata para que esto no se convierta en una falta absoluta de personal». Y es que actualmente hay ya varios funcionarios en cuarentena.

Por el momento, no consta ningún contagio, ni entre trabajadores ni entre presos, aunque a algunos que presentaban síntomas sí se les hizo una prueba. El temor a que tras los muros de la cárcel haya un contagio está latente.«Veníamos denunciando desde hace mucho tiempo la falta de personal sanitario» en los penales de la Región, subraya Mauri.