A partir de ayer quedaron prohibidos los velatorios, mientras que las ceremonias deberán contar con recursos suficientes para que los asistentes puedan lavarse las manos tanto a la entrada como a la salida. Así lo dispone una orden de la consejería de Salud, en la que se indica que las ceremonias se limitarán estrictamente a los familiares directos, con un máximo de quince personas, observándose una distancia entre ellas de al menos dos metros, mientras que las bancadas también deberán estar separadas suficientemente. Se evitará dar la paz o cualquier manifestación que implique el contacto físico y no podrán formarse filas de pésame, ni permanecer en el exterior de la dependencia. Los actos tendrán la duración mínima imprescindible y en los enterramientos se restringirá la comitiva a los familiares más cercanos, que deberán guardar la distancia mínima de dos metros.