La Policía Local de Cartagena ha reforzado la seguridad delante del hotel Los Habaneros, en la calle San Diego de la ciudad, un establecimiento que desde hace unos días aloja a personas sin hogar, como consecuencia del estado de alarma decretado por la pandemia de coronavirus.

Así, un coche con dos agentes está permanentemente en la puerta del establecimiento, el cual cuenta, además, con seguridad privada. El motivo, explican fuentes policiales, es que se han producido incidentes desde la llegada de estas personas al lugar. Así, algunos cogieron objetos propiedad del hotel, como televisores y lámparas, e intentaron salir con ellos por las ventanas, con el fin de venderlos para conseguir sustancias estupefacientes, destacan las mismas fuentes, que añadieron que han llegado a producirse peleas en la puerta del local.

En concreto, el miércoles tuvo lugar una trifulca entre varios hombres que habían bajado a echarse un cigarro, por lo que ahora se aconseja que ahora cada uno fume en su balcón, nunca dentro de la habitación.

A este respecto, desde el hotel indicaron ayer que las personas más conflictivas que generaban «los problemillas» ya están fuera y que ahora mismo quedan alrededor de 50 indigentes alojados.

Comentaron que se han hecho turnos para salir a fumar a la puerta, con el fin de evitar las aglomeraciones y las riñas que pudieran producirse, y añadieron que «nunca ha sido un problema especial» que los huéspedes fumen en las ventanas, siempre que no lo hagan en el cuarto en sí. En el hotel, aparte, hay más clientes, sobre todo «huéspedes de empresa, trabajadores» que están de paso.

Desde el hotel mandaron hoy un comunicado, firmado por el gerente, en el que consideran que «estamos atendiendo a un colectivo en riesgo de exclusión que está haciendo un esfuerzo extraordinario por adaptarse a las normas del establecimiento, y atendiendo también al equipo de apoyo de La Huertecica que les atienden», apuntan. «Es cierto que nos hemos tenido que reinventar para atender a un perfil de cliente al que no estamos habituados y la situación es nueva para todos nosotros» y que, pese a lo sucedido, «el comportamiento general de las personas que se alojan con nosotros, que podemos calificar de excelente».