Una trabajadora de la residencia Caser reconoció ayer a esta Redacción que la propia dirección no dio opción a los trabajadores de proteger a los mayores del centro. «No nos dejaban ponernos las mascarillas porque decían que asustábamos a los residentes», denuncia esta mujer que ha dado positivo en el virus esta semana: «Tengo tos, náuseas y escalofríos». Tampoco avisaron a los empleados de que había habido un fallecimiento el pasado fin de semana, por lo que los que acudieron a trabajar el lunes fueron sin protección. «Estamos muy saturados», era la única excusa que les daban para no darles explicaciones. Incluso, denuncian que acusaron a algunos trabajadores de «fingir síntomas para irse a su casa».