El foco de contagios de coronavirus en la residencia Caser de Santo Ángel ya está en manos de la Justicia. Ayer acudió al juzgado de instrucción de guardia de Murcia Noemí Galiana Salazar, hija de una de las personas mayores que han dado positivo en el centro, que se encuentra confinada en la tercera planta.

«Es un asesinato colectivo», asegura la afectada, que acudió a la Ciudad de la Justicia en representación del resto de familiares. «Denunciamos el abandono total de los residentes y que no se nos haya comunicado el contagio de las personas que allí viven ni de los trabajadores», explican en la denuncia. Además, añaden que, desde que se enteraron de la primera muerte por Covid-19, las familias han sido «totalmente apartadas», sin información del estado de sus familiares.

El contagio de los empleados, aseguran, ha llevado consigo la desatención de los mayores. «¿Qué gestión se ha hecho? La plantilla ha ido repartiendo el virus por todas las plantas y ahora los van a dejar morir sin ningún cuidado», sentencia. Noemí Galiana presentó en el juzgado audios del personal de Caser para demostrar sus afirmaciones y pidió a los funcionarios de Justicia que se personen en la residencia para hacer una valoración.

Galiana demanda a la Comunidad, que tomó el control de Caser esta semana, que intervenga «de verdad» porque allí están sin medios y abandonados».

La juez de guardia no tardó en responder y requirió a la Dirección General de Salud Pública para que informe de la situación tanto de la residencia Caser como de la de discapacitados de Churra. También quiere conocer el número de positivos, las medidas y sistemas adoptados para evitar contagios, el personal sanitario disponible, así como cualquier otro aspecto relevante asistencial y de salud.

Cabe recordar que el consejero del ramo, Manuel Villegas, confirmó este viernes por la mañana que un centenar de usuarios de nueve residencias y centros de personas mayores han dado positivo por coronavirus en la Región de Murcia y cinco han fallecido, mientras que 25 profesionales también están contagiados.

De momento, la Consejería de Salud ha actuado desde un punto de vista sanitario en cuatro residencias, la Caser en Santo Ángel, la de Orpea en Cartagena, la de la pedanía murciana de Churra y otra en el municipio de Santomera. En ellas, el personal médico del SMS está haciendo el seguimiento de los casos detectados e implementando medidas de los planes de contingencia. Cuatro de los cinco fallecidos residían en las instalaciones de Caser en Santo Ángel, y el restante vivía en la residencia Orpea de Cartagena, fallecido en una clínica privada.

«Están cayendo como moscas», denuncia Loli García, hija de una residente de una de las plantas libres del contagio. A pesar de que su madre, de 90 años, no oye bien, Encarnación Franco ha conseguido hablar con su hija por teléfono y le ha contado que tan solo hay una auxiliar por planta. «Se están asfixiando dentro y no hay médicos, como dijo ayer Villegas», denuncia Loli, que añade que la falta de personal provoca que les den las comidas y la medicación a deshora. Loli lo tiene claro, si no la dejan llevarse a su madre, está dispuesta «a sacarla por la ventana».

Las quejas no están solo relacionadas con la falta de profesionales sanitarios, sino que fuentes cercanas a Caser Residencial aseguran que «están bajo mínimos» en varios servicios. El servicio de lavandería estaba infectado, por lo que ahora mismo no hay nadie que limpie la ropa, las toallas o las sábanas de los internos. Loli asegura que a su madre «le están poniendo pañal porque ya no tiene bragas limpias que ponerse». Tampoco queda nadie ya en la cocina. «¿Qué van a comer mañana?», se pregunta.

Al menos, una trabajadora del centro salió ayer a la puerta, donde se agolpaban numerosos familiares, y les explicó que tres técnicos que visitaron la residencia habían transmitido a los auxilares que trabajan en Caser el protocolo necesario para evitar aún más contagios entre los residentes y profesionales de la misma.