La pandemia del coronavirus también ha puesto en cuarentena el contacto físico y muchas personas han dejado de abrazarse, de darse besos o incluso dejan de estrecharse la mano por miedo al contagio, pero los psicólogos tienen clarísima la receta: «Jugar con las sonrisas, tocarse con las palabras». En un país mediterráneo en el que «la piel con piel es fundamental», afirma Javier Urra, académico de la Academia de Psicología, pasar al aislamiento físico puede ser «terrible», porque la sociedad española «es muy de contacto». Sin embargo, esa sensación de inquietud e incluso de tristeza que puede generar frenar en seco la costumbre de besar a tu pareja, abrazar a tus hijos o a los abuelos se revierte sin problemas si utilizamos la palabra. «Podemos decir a nuestro ser querido: estoy deseando darte un beso porque te quiero mucho y por eso mismo, porque te quiero mucho, no lo hago», sugiere Urra. Solo a las personas con patologías previas «le va a descompensar esta situación».