La crisis del coronavirus no ha impedido que los barcos pesqueros de la Región de Murcia salgan a faenar para surtir de pescado fresco las lonjas y mercados. Sin embargo, el cierre de los bares y restaurantes les ha afectado, ya que son grandes consumidores de gamba, un producto cuyo precio se ha desplomado.

El patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Cartagena, Bartolomé Navarro, explicaba que la crisis del coronavirus la viven como el resto de los ciudadanos, con preocupación. Aún así, a no ser que haya una orden que se lo impida y los compradores sigan acudiendo a la lonja a adquirir pescado, van a seguir pescando con normalidad porque «hay que estar con la ciudadanía y llenar los mercados pero está claro que los precios van a bajar. La gamba se desplomó el viernes pasado, cuando se decretó el cierre de locales de restauración, y se vendió apenas tres euros el kilo». La flota se esta dedicando a la pesca de salmonete, pescadilla, rape que son especies cuyos precios se están manteniendo.

En cuanto a la medidas de seguridad que están tomando en los barcos, Navarro explicaba que ellos siempre trabajan con guantes y que los barcos son los suficientemente grandes como para mantener la distancia de seguridad. En la lonja donde venden las capturas, la cofradía ha obligado al uso de guantes, ha separado un metro y medio a cada comprador y hay gel de manos.

En San Pedro del Pinatar los pescadores también están saliendo. El patrón mayor de la cofradía de este municipio, José Blaya, señalaba que están capturando sobre todo doradas y lubinas. El problema es que «los precios son muy malos». También han implementado medidas de seguridad como el uso de mascarillas y de guantes tanto en las embarcaciones como en la lonja. Blaya asegura que «vamos a seguir pescando» y se muestra preocupado por el futuro porque a esta crisis sanitaria unen los problemas que ya tienen debido al mal estado del Mar Menor pero esperan que al menos los efectos del coronavirus pasen lo antes posible.

En Águilas, la mitad de su flota pesquera se ha quedado amarrada por la caída de los precios del marisco, principalmente de la gamba. El máximo responsable de la cofradía aguileña, Manuel Díaz, señalaba que hay 5 arrastreros y uno de cerco y uno 15 de artes menores que faenan con normalidad.

En cuanto a las medidas de seguridad, en la lonja sólo puede entrar un marinero por barco y el comprador que recoge el pescado que adquieren.

LA OPINIÓN intentó conocer también la situación de la Cofradía de Pescadores de Mazarrón pero fue imposible contactar con ellos. Según los datos de la Comunidad Autónoma, en la Región existen un total de 314 embarcaciones autorizadas para la pesca profesional. Esta flota pesquera es básicamente artesanal y de bajura. Dichas embarcaciones se inscriben en los puertos base de Águilas, Cartagena, Mazarrón y San Pedro del Pinatar. Además, hay otras embarcaciones pesqueras integradas en un u otra de esta cofradías pero que tienen sus puntos de amarre en localidades como Cabo de Palos, Lo Pagán o La Azohía

La distribución de los pesqueros que se encuentran inscritos en el censo de flota operativa y en el Registro de Actividades, Medios y Personas de la Región de Murcia muestran que el 70% de estas embarcaciones se dedica a la pesca con artes menores, el 14% son arrastreros, el 10% se dedica a la pesca de cerco, el 4% usa palangre de superficie y el 1% palangre de fondo.

La actividad pesquera es de gran importancia para el Gobierno regional. Por eso, en los últimos años, ha desarrollado diversos sellos de calidad para promocionar su venta entre los consumidores y animarles a consumir pescado de nuestras costas. Uno de los atractivos principales es que que pasan muy pocas horas desde que es capturado hasta su venta al por mayor y en tiendas.