El coronavirus ha trastocado los planes de todo el mundo, mucho más de lo que los ciudadanos se podían imaginar. El pasado jueves, el corazón de miles de padres y madres murcianos dio un vuelco cuando recibieron la noticia de que todos los centros educativos y guarderías de la Región estarán cerrados 14 días desde este lunes.

Esto significa que cerca de 300.000 alumnos tendrán que quedarse en su casa, tal y como han recomendado -y en los municipios costeros es obligación- las autoridades sanitarias. Los pequeños son grandes propagadores de enfermedades, en este caso, del Covid-19.

Pero la situación se complica. Los abuelos, el comodín al que acuden los padres para dejar a sus hijos cuando tienen algún contratiempo, no es válido esta vez. Las personas mayores son población de riesgo y, por tanto, deben estar alejados de aquellos que pueden infectarles el virus con tanta facilidad. En las familias en las que padre y madre trabajan fuera y no es posible teletrabajar, queda una opción. Contratar a un canguro.

Los murcianos, avispados, no han dejado pasar esta oportunidad y varias plataformas anuncian desde hace unos días los servicios como canguro de cientos de chicas, en su mayoría, pero también de chicos.

'Niñera durante coronavirus', reza el directo anuncio de Daiana, una joven de 24 años de Espinardo que no tiene problema en desplazarse y asegura no estar «infectada».

Emma, de 21 años, ofrece sus servicios de canguro durante el cierre de los colegios, ya que es profesora en una academia de actividades extraescolares de Totana que, evidentemente, también cierra durante la clausura de los centros educativos.

Otra candidata a la que pueden optar padres y madres es Elena. La difícil situación económica que están viviendo ya los murcianos por culpa del coronavirus ha empujado a esta 'babysitter' a anunciarse. «Tengo un negocio de baile y en las últimas semanas el parón de actividades ha sido total, por lo que he terminado cerrando por el momento, pero sigo teniendo que pagar las facturas», cuenta. Rápidamente pensó que, si los colegios cierran, puede «tirar de ahí para compensar gastos».

Curiosamente, hay cuidadoras de niños que suelen compaginar esta actividad con sus estudios que, precisamente ahora, han decidido dejar de ofrecerse para evitar contagiarse. Es el caso de Bea, una chica de 26 años que lo tiene claro: «Hasta que no pase el coronavirus no me vuelvo a quedar con niños». Otras, como Mónica, piensan que hay más posibilidades en contagiarse yendo al súper -«más ahora, viendo cómo están»- que cuidando niños.

«Para eso me quedo yo»

A todo el mundo no le hace gracia dejar a sus hijos con un canguro, no porque no se fíen -por regla general-, sino porque es un gasto que no están dispuestos a asumir.

Ana, por ejemplo, trabaja en una entidad bancaria que, por el momento, no le ha ofrecido el teletrabajo. Aunque sabe que no debe, no descarta pedir ayuda a sus padres y, si lo viera necesario, antes de contratar a una canguro exigiría ayudas para conciliar. «Antes me quedo yo».

Cuando él es el cuidador: «Compartimos más aficiones con los niños que las chicas»

Cuando un padre o una madre buscan a una persona con la que dejar a sus hijos, lo normal es que piensen en una mujer. Es el hábito y eso es difícil cambiarlo, pero «con los tiempos está cambiando la dinámica», afirma Santiago Artés Alfonso, un joven murciano de 24 años que tiene bastante experiencia con niños. «He estado tres años cuidando a un niño de lunes a viernes durante dos horas al día. Yo lo recogía del colegio Maristas, lo llevaba a su casa y le preparaba la comida, ya que su madre llegaba a las 15.30 horas de trabajar», comenta Santiago.

Además, su familia siempre ha contado con él para cuidar a los recién nacidos. El último, su sobrino Jaime, que tiene menos de un año. «Le doy el biberón, le cambio... no tengo ningún problema», afirma resuelto.

En la actualidad, está terminando un curso de Marketing Digital a Distancia -ya sacó el Grado Superior de Marketing y Publicidad- y está pensando en buscar trabajo como canguro tras el cierre de los colegios y guarderías a partir de mañana. El problema, no obstante, está «en que aún hay mucho estigma».

Para este joven, ser cuidador hombre es tan válido como ser una mujer, incluso no tiene problemas en reconocer que tiene «mucha más experiencia» que otras candidatas. Al fin y al cabo, los chicos comparten «más aficiones con los niños que las chicas», tal y como ha podido comprobar él mismo con los niños de los que se ha hecho cargo. Él también rompe un techo de cristal.