Eduardo y Mavi, de Caravaca de la Cruz, llevaban tiempo planeando su boda y pensaban celebrarla en el día de ayer, pero la pandemia de coronavirus frustró sus planes. Eduardo dejaba constancia de lo sucedido en una publicación en redes sociales en la que explicaba lo ocurrido y relataba que «nunca me hubiera imaginado que el día de mi boda estaría escribiendo este texto». «Voy a intentar describir con las pocas fuerzas que nos quedan el infierno que hemos vivido Mavi y yo», manifestaba el joven.

«En nuestra relación, siempre existía un apoyo, un pilar fundamental que cuando fallaba uno, siempre estaba el otro para ayudar. Hemos salido de rachas muy malas, a veces caóticas, aunque ya nos advirtieron en los cursillos prematrimoniales que, en el matrimonio, existían pruebas muy difíciles que juntos y con la ayuda de Dios se podía seguir adelante», escribía Eduardo.

Al cancelarse el enlace, «los pilares se derrumbaron, nos cayó la cruz encima, no veíamos la salida por ningún lado, y aún entre lágrimas doy gracias a Dios de no haberse celebrado nuestra boda», apunta el joven.

«Después de dos noches sin dormir, después de un año y medio con la ilusión puesta en el 14 de Marzo, alguien nos recordó que no se puede llevar nada en nuestras fuerzas, que todo pasa por algo y algún día podremos dar gracias Mavi y yo», opina.

En la misma línea, el chico subraya a sus allegados que «se derrumbaron nuestros pilares, pero no contábamos con el pilar principal, el que siempre ha estado ahí y no nos hemos dado cuenta: vosotros». «Gracias por vuestro apoyo constante, por animarnos y por empatizar con nosotros», remarca Eduardo, que aprovecha «en medio de este caos terrible» para anunciar la nueva fecha de la boda: el 28 de noviembre «Dios mediante, y si está crisis mundial nos deja», precisa en su escrito la pareja.