El experto, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública, entiende que las medidas del ministerio de Sanidad para contener el coronavirus son positivas y defiende que no hay que alarmarse porque en unas comunidades se tomen unas medidas y en otras no. Es más, lo considera una ventaja de nuestro sistema de salud.

Sostiene el epidemiólogo que "por encima de los 30 grados los virus como el coronavirus no aguantan". Y se da la circunstancia de que en la Región de Murcia las temperaturas superarán los 30 grados mañana, miércoles.

P Como epidemiólogo, ¿cree que se está abordando de manera correcta la crisis del coronavirus desde el punto de vista de la salud pública?

R Yo creo que sí. Vamos a ver cómo evoluciona, pero en España el Ministerio de Sanidad ha asumido un papel de coordinación que hacía años que no tenía. Desde que se transfirió el Insalud a las comunidades autónomas estaba prácticamente desaparecido y ahora está dando respuesta a una necesidad. Yo estoy muy satisfecho con cómo lo están haciendo.

P Ahora mismo estamos en fase de contención en España, pero, si cambiara el escenario... ¿podríamos ver medidas como las que se están tomando en el norte de Italia?

R Espero que no. Toda acción de salud pública tiene efectos secundarios y las decisiones hay que tomarlas sobre una base de evidencia científica y respetando los derechos humanos. Prohibirle a la gente que se mueva es como meterlos en la cárcel. Espero que no lleguemos a ese nivel en España.

P ¿Cuándo se pasa de una fase a otra?

R Depende del nivel de transmisión. De momento, en España más del 90% de los casos están relacionados con transmisión externa, con contacto con extranjeros. Es decir, se tiene en cuenta el número de casos y la procedencia de esos casos. En España está funcionando la coordinación. A cada caso detectado se le han repetido las pruebas, lo que es importante porque da muchos falsos positivos. La información que tenemos es fiable y dentro de la amenaza para la salud pública que supone esta epidemia, las cosas se están haciendo bien.

P ¿El coronavirus va para largo?

R Toda la información epidemiológica que tenemos apunta a que cuando empiece a hacer calor disminuirá la transmisión. Eso es lo esperable. Por un lado, por cuestiones biológicas el virus no aguanta altas temperaturas como las que tendremos en un mes, y por otro, cambia la pauta de comportamiento de las personas. Ya vas en el coche con las ventanillas abiertas y en las casas también se está con las ventanas abiertas. Todo eso disminuye la probabilidad de contagio. Todavía tendremos bastantes casos pero el calor tendrá efectos positivos e irán disminuyendo.

P ¿Se sabe a partir de qué temperatura muere el virus?

R Si lo comparamos con otros virus, por encima de treinta y tantos grados no aguantan en el medio ambiente. Con las altas temperaturas aumenta la desecación del medio ambiente, lo que va en contra del crecimiento de los virus. El virus no está solo, está dentro de una célula siempre. No se producen quistes ni esporas como tienen otros organismos para vivir, por ejemplo la tuberculosis o algunos hongos. Espero que haya una disminución notable de casos.

P ¿Pero es necesario que el calor se mantenga en el tiempo o con algún pico basta?

R Esto no es un sí o no. Veremos una progresión cada vez más positiva de la epidemia en España. La Semana Santa o las Fallas de València tendrán efectos de incremento de los casos con seguridad, pero no tanto como para prohibirlas. El Consell también está actuando con la cabeza fría y bien.

P ¿Entonces no hay que prohibir las concentraciones de personas?

R Yo creo que no. Debe haber una proporcionalidad entre el efecto sobre la epidemia y los derechos de las personas y que no nos dejen ir donde queremos siempre es un límite a los derechos humanos.

P Quizá la sociedad anda despistada porque se limitan o prohíben unas cosas y otras no.

R Lo interesante en esta epidemia es que a la vez que tiene la información el director de la OMS la tenemos todos. Todos estamos aprendiendo. Esto es interesante porque la gente está recibiendo un curso acelerado de epidemiología de enfermedades infecciosas, lo que es positivo para el futuro porque así sabrán cómo se transmiten los virus respiratorios. Aumenta el patrimonio cultural de salud de todos los países.

P Han ordenado el cierre de todos los centros educativos en Vitoria y Madrid.

R La ventaja que tiene el sistema nacional de salud es que está repartido entre las comunidades autónomas y puede ser que en una comunidad haya que tomar unas medidas y en otras no. Eso es una ventaja.

P ¿Cómo ve la situación en Alicante?

R Alicante se está comportando como una zona contenida. Hay pocos casos y en su inmensa mayoría se ha transmitido fuera. No hay que preocuparse por andar por las calles de Alicante ni de la provincia.

P Esta epidemia que quizá no es tan mortal como otras, sí está provocando una crisis económica.

R A la economía no le afecta el virus sino el miedo. Y como pasa en todas estas situaciones de crisis, a la industria farmacéutica le interesa que haya miedo. Otros intentamos no amedrentar a la población. La vacuna es importante desde el punto de vista de la salud pública pero también desde el punto de vista económico, porque la empresa que patente la primera vacuna que se licencie va a hacerse de oro.

P Pero el virus es real y se contagia de una forma muy fácil y rápida. ¿Aún así no debemos tener miedo?

R Es que el miedo no soluciona nada en estos casos. Es una reacción humana positiva en el sentido de que te hace evitar situaciones peligrosas, pero hay que intentar desdramatizar. Hemos tenido mala suerte y ya está. Este virus ha saltado desde una especie animal que aún no sabemos cuál es a los humanos, pero es que esto ha pasado con infinidad de virus. Aunque a la gente le suene raro es una vulgaridad biológica. Además, puede que desaparezca igual que ha venido.