«Hice la oposición para la Escala Ejecutiva, estuve dos años de formación en Ávila, un año de prácticas en Barcelona y dos años en una comisaría de distrito de Barcelona, hasta que, en un concurso de traslados, vine a Murcia», rememora Silvia Pérez (Lorca, 1973), inspectora jefa y jefa de la Brigada Provincial de Policía Científica de Murcia, que este año recibirá el Premio a la Mujer Murciana, con motivo del Día Internacional de la Mujer. Y lo recibirá en su tierra natal. «Tengo esa suerte», comenta, ilusionada, a LA OPINIÓN.

P Lo primero, enhorabuena por este reconocimiento. Cuénteme cómo lo ha recibido.

R Con mucha sorpresa, ni siquiera sabía que había sido propuesta. Cuando me dieron la noticia fue una sorpresa total, pero la verdad es que es muy emocionante que se reconozca la trayectoria profesional. Hace muchísima ilusión, porque viene a decir que el trabajo que estás haciendo tiene sentido, tiene valor. Aparte de la satisfacción personal, es una satisfacción como parte de una institución.

P ¿Cuántos años lleva en esta institución, la Policía Nacional?

R Entré en la Escuela de Ávila en el 97 y juré mi cargo como inspector (entonces se decía inspector, no inspectora) de Policía en el año 2000. Vine a trabajar a Murcia en el año 2002 y, desde que llegué, estoy en la Brigada Provincial de Policía Científica, en diferentes puestos. He dicho lo de 'inspector' porque en el año 2000 juré como inspector; cuando juré como inspectora jefa, en 2015, ya era inspectora. Todo tiene un sentido y un significado y hay que hacerlo valer.

P ¿Ha encontrado en su profesión alguna diferencia por ser mujer? En la Escuela o luego trabajando...

R Yo tengo que decir que me he sentido reconocida y valorada en mi carrera profesional. No he sentido situaciones en las que me haya sentido diferente: he tenido opciones a los mismos concursos y puestos de trabajo como todo el mundo. Que luego en tu día a día, en alguna ocasión, sobre todo al principio... sí que individualmente alguna cosa. Pero cosas muy puntuales que quedan atrás.

P ¿Se considera feminista?

R Yo sí. Sí, sí, me considero feminista. Creo que la igualdad de las mujeres y los hombres es un camino largo. Se ha avanzado, pero queda mucho camino por recorrer.

P ¿Qué queda?

R Quedan muchas cosas, pero a lo mejor la perspectiva que yo tengo es diferente a las situaciones que viven otras mujeres. A lo mejor, en este sentido, me tengo que salir un poco de la opinión como policía. Por ejemplo: en el tema salarial, nosotros no tenemos ninguna diferencia, evidentemente. Es cierto que no es extrapolable a todas las áreas sociales. Creo que, evidentemente, es una injusticia total y absoluta: el trabajo desempeñado por una mujer ha de ser valorado y el salario ha de ser la misma cantidad que la que se le da a un hombre. Es que no entiendo. Y luego yo lo que creo es que es a las mujeres, en el camino de la igualdad, no nos ha faltado fuerza ni ímpetu para asumir retos ni objetivos. Hemos hecho de todo. Lo que creo que nos falta es dejar atrás cargas que no son exclusivamente de las mujeres.

P ¿Cargas familiares, como ocuparse de padres e hijos?

R Todavía se perpetúan, perduran como cargas que, familiarmente incluso, llevamos con más peso las mujeres, y eso es un aspecto que tenemos que cambiar. Somos autosuficientes, hacemos todo, pero hay cosas que no dejamos de hacer. Entonces, al final, dices: 'estoy aquí sobrecargada de todo'. La carga del trabajo, de la familia, de la casa, es una carga que es más femenina que masculina, y hay que desprenderse de eso.

P Y el 8-M, ¿cómo lo vive? ¿Como una reivindicación o como una fiesta?

R Yo creo que el 8-M es un buen momento para hacer memoria y celebrar lo que se ha conseguido, y no olvidar que todavía quedan cosas por conseguir. Creo que es un día en el que hay que celebrar, pero hay que trasladar el 8-M a los 365 días del año. Agotar el 8-M en un día es vaciarlo de contenido: el 8-M tiene que ser un símbolo, un día de celebración, que se tiene que exportar al resto de días del año.

P ¿Cree que podremos ver algún día el fin del machismo?

R Esa pregunta es muy grande y muy difícil... Yo soy una persona positiva y optimista, y pienso que cada vez se van consiguiendo más retos. Creo que las mujeres tenemos que ser valientes para asumirlos y estar al frente en este tipo de cambios, liderándolos. ¿Que si vamos a ver el fin del machismo? Pues no sé si yo voy a verlo. Ojalá, ojalá. Me gustaría verlo. Creo que estamos en el camino correcto, eso sí. Te voy a decir una cosa: cuando yo nací, las mujeres no podíamos ser policías. A veces me han preguntado: '¿Desde pequeña has querido ser policía?'. ¡Y yo nunca había visto a una mujer que trabajase de policía! Yo creo que me faltaba la representación mental, esa imagen...

P Le faltaba el referente

R Efectivamente. La ausencia de referentes algunas veces te marca, para elegir o no elegir. En ese sentido, yo creo que actualmente hay muchos más referentes. Ninguna niña hoy en día puede decir que no haya visto mujeres que sean astronautas, policías, mineras... hay de todo. Todo lo que queremos hacer, lo podemos hacer sobradamente.

P ¿Y de dónde salió la vocación de ser policía, sin tener esos referentes?

R Mi padre era policía, pero yo, aun teniendo a mi padre, de pequeña nunca pensé en ser policía. Hasta que no estuve en la Universidad, estudiando Derecho... fue como una iluminación. Yo empecé como a planteármelo, hasta que fue un pensamiento recurrente. La Policía te ofrece muchísimas áreas de trabajo diferentes. Puedes pilotar helicópteros, trabajar con perros buscando a personas desaparecidas, puedes trabajar en la protección y prevención del maltrato hacia las mujeres, puedes trabajar en Policía Científica, que es la mejor área de trabajo de toda la Policía... es un mundo abierto, con muchísimas posibilidades, y esa variedad me atrajo también mucho.

P ¿Un mensaje para las mujeres murcianas para este 8-M?

R Que las mujeres podemos con todo. Y no tenemos límite. Tenemos que proponérnoslo, tenemos la fuerza suficiente para hacer lo que nos propongamos y salvar estos obstáculos.