Despedirse sin tocar al muerto y con mascarilla en la habitación del hospital, guantes y todo el equipo de protección puesto; velatorio con el ataúd cerrado y el cuerpo del fallecido en una bolsa estanca cerrada y ninguna posibilidad de «arreglar» el cadáver gracias a los especialistas en tanatoplastia. Son las principales recomendaciones del Ministerio de Sanidad sobre cómo tratar a los cadáveres ante los eventuales fallecimientos que pueda provocar el Covid-19 en España a partir de ahora y evitar la propagación del virus a través del cuerpo.

En la Región de Murcia no hay casos, de momento. La primera muerte relacionada con el coronavirus en España ya ha llegado (el hombre que falleció en el Hospital Arnau de Vilanova de Valencia el 13 de febrero tras viajar a Nepal) y, aunque con ese fallecido no se tomaron medidas especiales al desconocer entonces que detrás de la neumonía severa que lo mató podría estar el virus, a partir de ahora sí se han de seguir una serie de medidas en el tratamiento de cadáveres en los que se haya detectado Covid-19.

De hecho, el ministerio tiene redactado un protocolo para manejo de cadáveres desde el pasado lunes 2 de marzo ya que, como ayer recordó Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, que la epidemia de coronavirus deje muertos es algo «no deseable» pero había que aceptar que podría haberlos «a medida de que los casos de infectados en el país sigue creciendo».

Sellar la bolsa

Así, el documento oficial especifica qué hay que hacer y qué no desde el mismo momento que la persona con coronavirus fallece, en principio, en una sala de aislamiento. Por ejemplo, los familiares y amigos que quieran despedirse lo podrán hacer pero sin tocar el cadáver ni las superficies o enseres que pudieran estar contaminados y siempre, como el personal sanitario que estuviera atendiendo al enfermo, con el equipo de protección individual puesto (mascarillas, guantes, bata impermeable...).

El cadáver se ha de llevar cuanto antes al depósito con personal también debidamente protegido. Allí, como se hace en el resto de ocasiones, el cadáver se introduce en una bolsa sanitaria que será «estanca y biodegradable». Si el cierre es de cremallera, se sellará con pegamento. El objetivo es que la bolsa sea totalmente estanca.

El transporte al tanatorio también se deberá hacer con medidas de precaución, informando a las personas que lleven el cadáver y desinfectando después el vehículo y al cadáver no se le podrá hacer ninguna intervención de tanatoplastia, es decir, los familiares aunque lo pidan no podrán hacer que se «arregle» al cadáver para el momento del velatorio que, por otra parte, se hará siempre con el ataúd cerrado y el cadáver dentro de una bolsa impermeable y sellada.

Ni el féretro debe ser especial ni se debe optar por la incineración preferentemente ya que el cadáver también puede ser enterrado. Si se opta por la incineración, las cenizas pueden ser manipuladas «sin que supongan ningún riesgo».

El protocolo explicita también que, en principio, no es recomendable hacer autopsia a las personas que hayan muerto por el Covid-19 aunque la infección no estuviera totalmente confirmada. Aún así, si se hiciera, el ministerio establece unas medidas especiales para reducir al mínimo la posibilidad de contagio de los profesionales con equipos de protección y solo realizando ciertas técnicas para biopsiar los órganos.

El director del Centro de Emergencias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, ratificó que no está prohibido hacer autopsias a los fallecidos por coronavirus o incluso a las personas sospechosas de serlo pero que el manejo se debía de hacer siguiendo el protocolo. «Los profesionales sanitarios conocen este protocolo y cómo hacerlo y son muy precavidos», aseguró.